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Mi novio lucha con su adicción a la pornografía, ¿es mejor que no nos casemos?

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El Blog de Emma y Didier - publicado el 01/09/15
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Un problema que afecta cada vez a más personas: ¿cómo lidiar con él?

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Hace unas semanas, recibimos un mensaje de una chica al inbox de nuestra página en Facebook, preguntando sobre cómo lidiar con el hábito de la pornografía de su novio. Con el permiso de ella, compartimos parte de su mensaje*, que nos inspiró este post:

“Mi novio ha estado viendo pornografía desde la secundaria. Durante la universidad  tuvo un encuentro con Cristo y comenzó a buscar ayuda, investigó sobre programas web antipornografía y protegió sus computadoras y teléfono con filtros, junto con su director espiritual ha aceptado la política de rendirle cuentas a un amigo que recibe reportes de sus búsquedas en internet y la guía para lidiar con éste problema.
Los dos somos cristianos, estamos entre los 20 y 30 años, sé que él ha leído mucho sobre el tema y ha rezado mucho para vencer su problema. Él quiso contarme, y fue honesto conmigo acerca de su lucha desde el primer momento en que comenzamos a salir, y me explicó que estaba recibiendo ayuda, pero tengo miedo y estoy asustada, porque siento que la fidelidad y la pureza probablemente siempre serán una lucha en su vida (y si sigo con él, pues también será un problema para mí).
Hemos hablado sobre el matrimonio, y hemos estado pensando en casarnos, pero mi pregunta es la siguiente, yo sé que la lucha por la castidad es una lucha de todos, y sé que para ambos va a ser difícil, pero ¿cuál será la señal de que estamos preparados para comprometernos? ¿Cuánto tiempo libre de la pornografía es lo suficiente para saber si vale la pena seguir con el noviazgo? ¿Cuándo sabremos que hemos vencido la lucha contra éste mal? Creo en los milagros y en el poder de Dios para transformar la vida de las personas, y sé que él se está esforzando, pero estoy sumamente asustada, tengo miedo todo el tiempo y aunque él no lo entienda, me duele, me siento engañada.
La mayoría del material de autoayuda que encuentro está dirigido a mujeres casadas, y por lo tanto las anima a quedarse y luchar por su matrimonio, pero parece que hay muy poco material para las personas que estamos en un noviazgo y discerniendo el matrimonio… ¿Qué hago?” 

* N ota: Los nombres y detalles personales han sido cambiados para proteger sus identidades.

Hemos querido responderle a esta joven por medio de esta entrada, porque sentimos que al igual que ella, muchos hombres y mujeres han tenido que sufrir las dolorosas y horribles heridas de la pornografía. Pero, primero que todo, damos gracias a Dios, porque ésta joven pareja nos trae esperanza, empezaron con el pie derecho, y ya han hecho muchas cosas bien, por ejemplo:

– Él fue sincero, transparente y honesto, e inició la conversación acerca de su lucha con la pornografía. Es importante que la persona que ha sido afectada directamente por este vicio sea también quien dé el primer paso.

– Él consiguió ayuda, de manera concreta, sin aplazar el asunto. Asumió su responsabilidad en el problema.

– Él continuó con su honestidad acerca de su lucha y libremente accedió entrar en un programa de rendición de cuentas, de manera que deberá responder por sus actos ante un amigo fiel.

– Ella escuchó.

– Ella buscó apoyo y se está educando a sí misma sobre el tema.

– Ella también ha sido honesta consigo misma, está pensando mucho sobre cuales son sus propios límites y está discerniendo su camino a un matrimonio.

A nuestro parecer, a la luz de las duras realidades de mundo que las personas enfrentan, todo lo que esta pareja ha hecho es ya alentador. La pornografía se ha convertido en una actividad que la cultura mira hoy como algo normal e incluso sano cuando está lejos de serlo. Sin embargo, hay ocho duras realidades acerca de la pornografía que no podemos ignorar:

1. La pornografía destruye la intimidad personal, las bases de la intimidad con los demás y la intimidad con Dios: es un pecado. La persona que mira pornografía no solamente observa, sino que deja entrar en su vida una realidad cargada de abuso, dolor y engaño, y que poco a poco va carcomiendo la forma en que se mira a sí mismo y a los demás. Aprende a mirar a las otras personas como medios y no como fines en sí mismos; convierte al otro en un objeto y al placer en algo sucio.

2. Casi cada joven hombre/mujer cristiano(a) ha sido expuesto a algún tipo de pornografía. Por lo tanto, muchas de las personas con las que sales están luchando con esto de alguna manera. Siendo realistas, tenemos tres escenarios: 1) Podemos salir con una persona que es honesta y nos informe con total claridad y transparencia acerca de su lucha por la pureza. 2) Salir con una persona que simplemente mienta y finja ser un buen candidato. 3) Esperar hasta encontrar a alguien dentro del pequeño porcentaje de personas que no haya sido expuesto a este mal (no es imposible pero es poco probable).

3. Es importante promover la honestidad en la relación de pareja, a través de la educación y comprensión en torno al tema, y con misericordia estar abiertos a la verdad sin juzgar ni señalarSin embargo, y a pesar de todo, esto no nos garantiza que la otra persona viva bajo el estandarte de la honestidad. Hay que sopesar las palabras que se escuchan con los comportamientos que se ven. Si no te sientes cómodo(a) con lo que estás escuchando, si no entiendes las conductas que estás viendo, entonces es importante reflejarle al otro la existencia de un problema. Barrer la suciedad bajo la alfombra para que ésta no sea vea, no es asumir la responsabilidad en la vida, tan sólo es acumular conflictos, y a futuro están poniendo en peligro su relación y posible matrimonio. No continúen hacia un compromiso hasta sentirse realmente cómodos, teniendo una buena comprensión de lo que está pasando cada uno.

4. Las conversaciones sobre el tema NO desaparecerán, y como pareja no pueden simplemente evitar hablarlo. No pospongan. No se engañen. No se mientan el uno al otro. Sean fuertes y valientes, cada palabra escuchada será como una daga que traspase su corazón, pero es mejor vivir bajo la luz de la verdad que construir en las oscuras arenas del engaño y la mentira. No podemos esperar para hacer lo correcto. Una vez que sepamos la verdad, tendremos que tomar medidas, a pesar de lo aterrador y difícil que pueda ser. Recuerden que “la verdad nos hará libres” (cfr Jn 8, 32).

5. Vencer la pornografía para siempre es algo a lo que debemos dirigirnos en todo momento (no podemos caer en el error de abandonar nuestra carrera hacia la santidad), y sí es posible alcanzar la pureza. Sin embargo, la mayor parte del tiempo, ésta victoria no llega inmediatamente, es todo un proceso que implica apoyar al otro a través de una serie de altibajos, a medida que aprende a manejar sus problemas. Honestidad siempre. Habrán muchas preguntas difíciles que tendrán que ser abordadas con total transparencia y sinceridad, sin pasar nada por alto. Muchas veces, la verdad será que él no esté listo ni quiere trabajar su problema (lo notarás en la medida que aplace la toma de decisiones definitivas y el inicio de procesos de recuperación concretos) y debes entender que no puedes hacerlo por él. Luchar con la pornografía es un trabajo duro, por lo tanto requiere de acciones reales. Sean honestos acerca de lo que está pasando. Practiquen el arte de escuchar y comprender.

6. Él no va a dejar de mirar pornografía una vez que se casen y tengan intimidad. No se trata de ti. No cargues con un peso que no te corresponde. Tú eres valiosa. Eres magnífica. El problema no gira en torno a ti. Es un asunto que él responsablemente debe vencer.

7. Él no va a dejar de mirar pornografía aunque te conviertas en la mujer de sus sueños. Puedes ser delgada, guapa, divertida, comprensiva; pero, no se trata de ti. Él responsablemente debe vencer su mal.

8. La pornografía poco a poco dejará de tener el control sobre la vida de él conforme ponga en marcha de manera real y madura el trabajo de prevención, deberá volverse más honesto, abierto, vulnerable, y emocionalmente íntimo con las personas importantes en su vida: Dios, amigos, directores espirituales, sacerdotes, familia, y (en caso de que decidas quedarte) con la pareja.

Ahora bien, así como hay ocho realidades, también hay ocho hábitos saludables para luchar contra el vicio de la pornografía.

¿Qué debo tener en cuenta? ¿Qué expectativas sanas debería tener? Aquí hay algunos hábitos saludables para cualquier persona que se encuentre en una relación, esté soltera o ya haya contraído matrimonio.

1. Es importante identificar y asumir los propios problemas. Hacerse responsable de las propias emociones y asuntos. Su pareja tiene éste mal hábito, pero ahora usted tiene una herida abierta producto de ello. No trate de curarlo a él, o arreglarlo a él. Primero atienda su propia herida; él tendrá que hacer su trabajo y responsabilizarse por sus actos, por mientras haga usted lo mismo con los suyos.

2. La pornografía es reflejo de una clara inmadurez emocional y relacional, por lo que consecuentemente su relación también se verá afectada (aunque él crea que no). Es importante tomar éste momento para fortalecer la empatía (en ambas direcciones). Él debe entender su dolor, y comprender que usted necesita tiempo para trabajar a través de la avalancha de emociones desagradables que está experimentando. Al mismo tiempo, es importante que usted lo vea a él como una persona con una lucha profunda, y no simplemente como alguien que la está haciendo sufrir (porque probablemente no sea su intención).

3. Para salir de la pornografía es necesario crear dos planes, uno para la prevención y otro para la recuperación después de una recaída. Esperando no tener que usar nunca el segundo, pero se debe prevenir.

4. Hay que ser conscientes de que la persona con el hábito de la pornografía, está haciendo constante y voluntariamente lo que puede, y en términos de prevención algunas acciones reales, prácticas y concretas que se pueden implementar son: Software Anti-Porn, programas de filtrado, rendición de cuentas semanal. Estas herramientas deben convertirse en parte importante y normal de la vida cotidiana.

5. Hay personas en sus vidas que son conscientes de sus luchas, y que son capaces de propiciar lo mejor para ustedes, dar retroalimentación, y ofrecer apoyo. Esto va para ambas partes. Buscar ayuda es un gran acto de valentía y humildad, no se avergüencen de ello. No pongan en peligro sus vidas, su futuro matrimonio y familia. Busquen ayuda: HOY.

6. Crezcan en la capacidad de tener conversaciones serenas, claras, honestas, libres de drama, transparentes y francas, sin caer en crisis y promoviendo la empatía, comprensión y entendimiento. Hablen de cómo se sienten, y de cómo se está viendo afectada la relación.

7. Presenten su problema a Dios y busquen el apoyo de la Iglesia, en lugar de tratar de ocultarlo o fingir que no hay una herida y que está abierta. Confíen en que Él está con nosotros, y que con sus oraciones y reflexión la Iglesia también, acompañándonos en nuestro caminar.

8. Aspiren siempre al verdadero amor, al que llena y nos hace sentirnos orgullosos. Pero, no como se aspira a un sueño, sino como a un proyecto que implicará su esfuerzo, su constancia, el ir creciendo poco a poco, levantándose siempre que sea necesario. Y cada uno recuerde que no está solo y que estas palabras Dios las dirige a a cada uno de ustedes. “Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor” (Salmo 26, 14)

Por último, una garantía absoluta: No sabemos lo que va a suceder. No tenemos idea de cual decisión van a tomar. No conocemos si realmente van a conseguir el “felices para siempre” que anhelan. Pero, hay una cosa de la que sí estamos seguros, y es la absoluta garantía de que Dios los ama con un amor eterno, y pase lo que pase, estarán seguros en Su Amor.

Sabiendo esto, procuren ser prudentes, ser fuertes, ser valientes.

Vivir en la verdad y la libertad.

Artículo publicado por el excelente Blog Emma y Didier, reproducido con permiso por Aleteia

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