El 20 de febrero de 1946 el jesuita Felipe Lérida celebraba la primera misaEl Papa Francisco clamó haber venido casi desde del fin del mundo, aunque entre Buenos Aires y el Polo Sur hay un largo camino. Allí donde comienza a hacerse inclemente la vida, pero la ciencia y los estados apuestan a una convivencia pacífica que más al norte parece imposible, en la Antártida, también está la Iglesia celebrando los sacramentos y acompañando a quienes allí habitan.
Al menos en lo que es la Antártida Argentina, la presencia se ha mantenido desde 1946, año en que el padre Felipe Lérida, jesuita recordado por haber sido el primer superior en el Paraguay tras la restauración de la Compañía de Jesús, viajó hasta la base Orcadas, erigió una cruz de 8 metros, y celebró por primera vez una Misa en el continente antártico.
“Santísimo Padre Pío XII – Ciudad Vaticano. Celebrada primera misa, erigida Cruz, establecido culto Virgen María, Continente Antártico, Islas Orcadas, República Argentina. Solicita bendición Padre Lérida, Jesuita, Buenos Aires”, decía el telegrama que el padre Lérida envió por aquel entonces al Papa Pío XII, tras celebrar la Misa el 20 de febrero a la medianoche.
Desde la Antártida escribió a Aleteia en 2015 el padre Pablo Caballero Karanik, capellán de Base Marambio en aquel entonces, otra de las presencias argentinas. “Anualmente los capellanes embarcados de la Armada, en loa buques y en tierra posibilitan a las tripulaciones y dotaciones participar de los actos litúrgicos y Sacramentos. A lo largo de todos estos años sacerdotes han hecho un amplio apostolado en este desierto blanco”, escribió desde su Base, ubicada a 3600 kilómetros de Buenos Aires, y a 2800 del punto exacto del Polo Sur.
Como el padre Caballero escribió, la historia del acompañamiento espiritual a los argentinos en la Antártida ha tenido muchos hitos a lo largo de estos años.
“El obispo Castrense monseñor Norberto Eugenio Martina OFM visitó este continente en el año 1992. Este obispo bendijo la Capilla Nuestra Señora de Lujan (1996) en esta Base Marambio donde me encuentro”, recordó el capellán. Otro hito tiene que ver con la llegada de una reliquia del hasta ahora único argentino canonizado: “el 12 de enero de 2001 se entronizó en la Capilla San Francisco de Asís de la Base Esperanza una Reliquia de San Héctor Valdivielso Sáez”.
Los más recientes tienen que ver con la construcción del campanario más austral del mundo, proyectado por el padre Guillermo Conti, inaugurado el 5 de marzo de 2014, y con un llamado del Santo Padre a la base Marambio.
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La base Marambio, fundada en 1969, es una base científica y militar dependiente de la Fuerza Aérea Argentina, con capacidad para albergar a más de 50 personas. En su capilla se cuida una réplica de la Virgen de Luján solemnemente trasladada desde su santuario en Buenos Aires antes de su inauguración.
Pero la capilla Nuestra Señora de Luján no es la única en las bases argentinas del territorio antártico. La Capilla San Francisco de Asís en la Base Esperanza es de hecho la primera de la que se tiene registro en la Antártida. Fue además sede del primer matrimonio, bautismo y primeras comuniones celebradas en el continente.
Actualmente se conserva en ella un solideo del Papa Francisco y un rosario por él enviado, además de una reliquia del Santo de Asís. Además, en la Base Carlini se encuentra la capilla Nuestra Señora del Valle, en la Base Orcadas la capilla Stella Maris, en la Base Belgrano II la capilla Nuestra Señora de las Nieves, y en la base San Martín la capilla Cristo Caminante.
Nota de redacción: Artículo actualizado en febrero de 2020, en días en que la Antártida vuelve a ser tema de conversación debido a que está registrando un récord en cuanto a su temperatura, algo que es vinculado al cambio climático. A continuación una bella oración por la Antártida de la mano del papa y su famosa encíclica Laudato Sí (hacer click en galería):
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