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¿Por qué merece la pena luchar? ¿Por quién vale la pena arriesgar la vida? San León Magno pensaba que por Dios y por los hombres. Es por lo que se le califica como "un hombre de Dios". Fue papa de la Iglesia desde el año 440 hasta el 461 y dejó una huella imborrable en la Tierra. ¿Quieres conocerle?
Ediciones Palabra ha publicado la mejor biografía del primer papa que ha merecido pasar a la historia con el apelativo de "magno", debido a su labor como pastor. Su pontificado (21 años) no solo fue el más largo del siglo V, sino también uno de los más gloriosos, aunque no exento de revueltas sociales, teológicas y eclesiales.
El carácter activo de este personaje ilusiona y la fe se hace más firme. Pruebas de ello son el compromiso y la ilusión que puso, primero en Roma, cuando León atrajo su atención sobre la asamblea de Italia y sobre la Galia. Además, el Oriente no estuvo ausente de sus preocupaciones. Y sorprende todavía más la gran capacidad que tenía para dominar una infinidad de tramas y conflictos.
La dureza de los tiempos no le endurece, le forja. Las pruebas no le amargan, le ahondan más en sus convicciones. Lo que pierde en sutilezas, lo gana en confianza. Su única arma es la fe y no duda en usarla.
El autor, Philippe Henne, actualmente profesor en la Universidad católica de Lille, en Francia, ya ha escrito más biografías, como las de San Jerónimo y Gregorio Magno. Ahora escribe esta a partir de las cartas de León, en lo que pudiéramos llamar "autobiografía epistolar". Gracias a estas, conoceremos los acontecimientos históricos de la época, el ambiente de la Roma del siglo V, las normas y costumbres eclesiásticas, el estado moral y espiritual de las comunidades cristianas (de Oriente y Occidente), su propio pontificado, y los temas tan variados que afrontó: doctrinales, pastorales, jurídicos y morales.
Mientras que los hunos arrasan las ciudades del norte de Italia, el obispo de Roma responde con paciencia y moderación a las sutiles maniobras de sus colegas griegos y egipcios. En el 451, tiene lugar el concilio de Calcedonia. El año siguiente, Atila se presenta a las puertas de Roma.
Pero, sobre todo, León es un hombre de Dios: su fe es tan simple como profunda. Algo que será de gran ayuda no solo para el cristiano católico, que entenderá a la perfección los dilemas de la fe, sino también para el no creyente, quien verá en esta lectura una interesantísima forma de ver la Iglesia en la historia y la fe que se tiene en ella y en Dios.
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