Etiopía, el destino con más turismo del planeta: turismo religioso
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No hablamos de Tailandia, Italia o España. El nombre del país más visitado del planeta sorprenderá a más de uno. Está en África y se llama Etiopía
Dos mil millones de dólares
El Consejo Europeo de Turismo y Comercio reveló que el país había tenido mejores datos turísticos que los treinta contrincantes que incluyó en un estudio. Destaca por su belleza natural, sus espectaculares paisajes rurales y la presencia de una omnipresente cultura ancestral. El número de visitantes ha subido un diez por ciento en la pasada década, según el ministerio del ramo.
© David Stanley
El turismo supone un 4,5 del Producto Interior Bruto de este país africano, genera casi un millón de puestos de trabajo y dos mil millones de dólares en ingresos, según datos de los informes del Banco Mundial.
Destino religioso
¿Cuáles son sus principales atractivos? Para empezar, cuenta con nueve zonas consideradas Patrimonio de la Humanidad según la Unesco, empezando por el famoso parque nacional de Semien. Allí encontramos una belleza surreal, fruto de la erosión a lo largo de muchos siglos, donde picos, valles y precipicios conforman un paisaje onírico e hipnótico.
Además, Etiopía cuenta con una de las comunidades cristianas más antiguas de la Humanidad, que data del siglo IV. En la ciudad de Lalibela encontramos once espectaculares templos subterráneos que lo atestiguan. Están tallados en las rocas y unidos por túneles.
© Martijn.Munneke
El Festival de Timkat recuerda el bautismo de Jesús en el río Jordan. Las iglesias sacan a la calle durante 24 horas una réplica del Arca de la Alianza (sí, la misma que sale en las películas de Indiana Jones).
Paisajes extremos
En la ciudad de Harar, situada en el Este, podemos visitar la casa del famoso poeta francés Arthur Rimbaud. Fue construida por un comerciante indio a partir de la casa original donde vivió este joven genio de las letras. En la ciudad también destaca una fortificación del siglo XVI pintada de vivos colores.
Otro punto caliente (nunca mejor dicho) es la Depresión de Anakil, un tramo del desierto del mismo nombre que se hunde a 125 metros por debajo del nivel del mar. Alberga erupciones sulfúricas y piscinas ácidas. Un paisaje tan fascinante como intimidante, que se cuenta entre los más inhóspitos del planeta. Allí podemos encontrar también el volcán Erta Ale, el más antiguo lago de lava en activo.