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¿En qué condiciones es válido el bautismo fuera de la Iglesia católica?

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Juan Escobar Soriano - publicado el 11/05/15
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La comprensión del bautismo es clave en el diálogo ecuménico
El bautismo es un sacramento instituido por Cristo por el cual la persona renace espiritualmente mediante la ablución con agua y la invocación de las tres divinas personas. Este sacramento está en la base del movimiento ecuménico, ya que por él nos hacemos cristianos.

Para la Iglesia Católica Romana, por movimiento ecuménico “se entiende las actividades e iniciativas que, según las varias necesidades de la Iglesia y las características de la época se suscitan y se ordenan a favorecer la unidad de los cristianos”[1].

El movimiento ecuménico busca la unidad de los cristianos en torno a la doctrina, sacramentos y ministerio. Recordemos que Jesús, el Cristo, quería una sola Iglesia, y la unidad de los creyentes es condición para que el mundo crea que Él es el Mesías[2].

Iglesia y sacramentos 

La Constitución sobre la Liturgia del Concilio Vaticano II afirma: “Los sacramentos están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y, en definitiva a dar culto a Dios: pero en cuanto signos, también tienen un fin pedagógico. No sólo suponen la fe, sino que a la vez la alimentan, la robustecen y la expresan por medio de palabras y cosas; por eso se llaman sacramentos de la fe. Confieren ciertamente la gracia, pero también su celebración prepara perfectamente a los fieles para recibir con fruto la misma, rendir culto a Dios y practicar la caridad”[3].

Existe una estrecha relación entre la Iglesia y los sacramentos, ya que son también actos de la Iglesia, y fuera de ella no hay sacramentos.

El Directorio Ecuménico del año 1967 reafirmaba lo anterior, diciendo: “La celebración de los sacramentos es la acción de la comunidad celebrante, que se realiza en la comunidad como tal, y que manifiesta su unidad en la fe, en el culto y en la vida”[4].

El bautismo afecta a la misma salvación. Es la manera ordinaria de incorporarse a Cristo y su Iglesia. Por otra parte es un medio de unión, es un fundamento de comunión entre todos los cristianos[5].

Frente al bautismo de otros cristianos, el Concilio Vaticano II nos dice: “…porque estos, que creen en Cristo y recibieron debidamente el bautismo, están en cierta comunión con la Iglesia católica, aunque no perfecta… justificados en el bautismo por la fe, están incorporados a Cristo y, por tanto, con todo derecho se honran con el nombre de cristianos, y los hijos de la Iglesia católica los reconocen, con razón como hermanos en el Señor”[6].

¿Quiénes son cristianos?  

La fe cristiana del Nuevo Testamento es la buena noticia para Israel y para las naciones[7], de tal forma que en Jesucristo se cumple la promesa sobre el Siervo de Yhavé, que estaba destinado a ser Alianza para Israel y luz para las naciones[8].

Jesús es más que el Mesías de Israel: es el verdadero profeta y mediador de la salvación, ya que es el nuevo Adán, del que habla Pablo[9]. Por eso la Iglesia tiene que proclamar el siguiente mensaje reconciliador: que en Jesús el Cristo se inicia la nueva creación y que el mundo encuentra su unidad, su salvación y su plenitud en Él[10].

En nuestros días, ante la proliferación de grupos que se autodenominan “cristianos”, y gracias a los acuerdos alcanzados por el movimiento ecuménico, encontramos un consenso entre las diferentes Iglesias y confesiones cristianas en considerar los siguientes aspectos doctrinales como requisitos mínimos para que un grupo pueda ser considerado cristiano:

1. Creer que Dios es Uno y Trino, o sea, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

2. Aceptar a Jesucristo como la segunda persona de la Trinidad y como Dios y hombre verdadero, que murió y resucitó por nuestra salvación tal como aparece expresado en la Biblia.

3. Confesar que Jesucristo es el Mediador entre Dios y las personas y es el Señor Glorificado.

4. Confesar al Espíritu Santo como consubstancial al Padre y al Hijo y que está presente por su acción en la comunidad cristiana.

5. Aceptar que la Biblia, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, es la revelación de Dios a su Pueblo. No existe otro libro que sea igual o superior a la Biblia.

6. Aceptar y practicar el Bautismo cristiano[11]como sacramento de iniciación cristiana y medio de incorporación a la Iglesia de Cristo.

7. Conmemorar la última Cena o Eucaristía[12].

8. Creer y proclamar la fe en la resurrección de los muertos.

9. No debe faltar un testimonio de vida según el evangelio de Jesucristo[13].

Esta doctrina básica del cristianismo, la encontramos en los tres credos históricos: el de los Apóstoles, el del primer Concilio de Nicea (325), y el de San Atanasio (“Quicumque” siglo V).

Normas a tomar en cuenta para la validez del bautismo

El Directorio Ecuménico de 1993 plantea: “El bautismo por inmersión, o infusión, con la fórmula trinitaria, es válido en sí mismo. Por lo tanto, si los rituales, los libros litúrgicos o las costumbres establecidas de una Iglesia o de una Comunidad eclesial prescriben una de estas maneras de bautizar, el sacramento debe ser considerado válido, a menos que existan razones serias para dudar que el ministro haya observado las reglas de su propia Comunidad o Iglesia[14].

Debemos dudar del bautismo administrado por aspersión colectiva. No hay seguridad de que el sujeto del sacramento reciba el agua (la materia).

El Código de Derecho Canónico dice: “Los bautizados en una comunidad eclesial no católica, no deben ser bautizados, a no ser que haya un motivo serio para dudar de la materia y la fórmula empleada en su administración, como la intención del bautizado, si era adulto, y del ministro”[15].

El sacramento del bautismo no se puede repetir, ya que imprime carácter, es un sello espiritual e imborrable que se imprime en el sujeto que lo recibe. Podemos concluir que si el bautismo se administra con agua y en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, es válido.

Con respecto a quién administra el bautismo, “la fe insuficiente del ministro respecto del bautismo nunca ha hecho por sí misma que un bautismo sea inválido. Debe presumirse la intención suficiente del ministro que bautiza, a menos que existan razones serias para dudar de que haya querido hacer lo que hace la Iglesia[16]. Esta postura está en la línea tradicional de la Iglesia católica-romana, y lo encontramos en san Agustín, Inocencio III, etc.

Frente al bautismo bajo condición

Después de que un examen mostrara que existe motivo serio de duda sobre la materia, la fórmula indicada para el bautismo, la intención del bautizado adulto y el ministro que ha bautizado, en este caso debe hacerse el rito en privado y explicando las razones que hay para realizarlo[17].

El mismo Código de Derecho Canónico plantea que si hay dudas serias sobre la validez del bautismo, se podría bautizar bajo condición[18].

Los padrinos

Como muy bien afirma F. Sampedro, normalmente los padrinos deben ser miembros de la Iglesia o Comunidad eclesial en la que se celebra el bautismo, ya que son representantes de una comunidad de fe, garantes de esa fe y del deseo de comunión eclesial del candidato[19].

Lo anterior no quita que, por lazos de familia, un miembro de otra Iglesia o Comunidad eclesial, pero junto a un padrino católico, pueda ser testigo del bautismo. Y un católico puede hacer lo mismo en otra Iglesia o Comunidad Eclesial[20].

Por la estrecha comunión entre la Iglesia católica y las Iglesias orientales ortodoxas, está permitido que por una justa razón, un fiel de esas Iglesias pueda ser padrino al mismo tiempo que un padrino (o madrina) católica, del bautismo de un niño o adulto católico. La condición es asegurar la educación del bautizado y la reconocida idoneidad del padrino
[21].

Iglesias y comunidades eclesiales con bautismo válido

1. Iglesias Orientales.
2. Iglesias Ortodoxas.
3. Iglesia Evangélica Luterana.
4. Iglesias Presbiterianas.
5. Iglesia Anglicana (Episcopalianos).
6. Metodistas.
7. Bautistas.
8. Congregacionalistas.
9. Discípulos de Cristo.
10. Adventistas.
11. Pentecostales[22].

Hay que poner atención en algunos pequeños grupos pentecostales, en especial en América Latina, que pueden realizar inadecuadamente el bautismo. En caso de duda, es mejor investigar caso a caso.

No tienen bautismo válido

1. Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
2. Testigos de Jehová.
3. Ejército de Salvación[23].
4. Sectas Pseudo Cristianas.
 
 

 


[1] UR, 4 (Decreto sobre Ecumenismo del Concilio Vaticano II, “Unitatis Redintegratio”).
[2] Cf. Jn 17,20-23.
[3] SC, 59 (Constitución sobre la Liturgia del Concilio Vaticano II, “Sacrosanctum Concilium”).
[4] DE (1967), 55 (Directorio Ecuménico (1967), primera parte, Nº 55).
[5] Cf. F. Sampedro,
Ecumenismo y Tercer Milenio (Bogotá, CELAM, 2003), 381-382.
[6] UR,3.
[7] Lc. 2, 29-32.
[8] Is. 42,6.
[9] 1 Cor. 15,45.
[10] Cf. J. Escobar,
El carácter absoluto de la revelación cristiana y el Cristo desconocido de las religiones según Raimundo Panikkar, en Diálogo Ecuménico XXXI (1996) 99, 11-12.
[11] Aunque existan diferentes interpretaciones entre los cristianos. No es igual la teología sacramental protestante a la católica romana.
[12] Sucede lo mismo que con el bautismo, gracias al diálogo teológico ecuménico, se han logrado importantes acuerdos entre las Iglesias.
[13] Cf. J. Escobar,
Sectas, cristianismo y catolicismo. Análisis eclesiológico, en Medellín 87 XXIII (1996), 34-35.
[14] DE, 95. Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos,
Directorio para la Aplicación y Normas sobre el Ecumenismo (Madrid 1993).
[15] CDC, 869, 2.
Código de Derecho Canónico (Madrid 1994).
[16] DE, 95 b.
[17] Cf. DE, 99d. F. Sampedro, O.cit., 384.
[18] CDC, 869,20.
[19] F. Sampedro, O.cit., 384.
[20] Cf. DE, 98 a.
[21] Cf. DE, b.
[22] Una lista semejante la entregan: F. Sampedro, O. Cit., 388. H. Muñoz,
Validez del Bautismo, en Servicio 71 (1983), 28-29. J. Escobar, O.cit., 31-42.
[23] El Ejército de Salvación no es una secta. No tiene sacramentos, ya que es un Movimiento Social Cristiano. El fundador William Booth (1829 -1912), pensaba que las personas que ayudaba y solucionaban sus problemas, volverían a sus iglesias de origen. El problema es que muchos no quisieron volver y otros no fueron recibidos.
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