La historia de Eva Kor y del ex SS Oskar Groening: el perdón más allá de la rabia
El apretón de manos entre una superviviente y uno de los gestores del campo de concentración de Auschwitz ha sido un acontecimiento en el proceso del ex SS Oskar Groening, el “contable” del campo de concentración símbolo de la Shoah, entre rejas por haber contribuido al exterminio de 300 mil judíos húngaros.
Un gesto controvertido
Eva Kor había perdonado a Groening públicamente, tras haber contado en la sala judicial los experimentos del doctor Mengele sufridos por ella cuando era niña. Kor se sintió impulsada a estrechar la mano del imputado, dando pie a que alguien inmortalizara ese momento con una fotografía.
La mujer luego publicó la foto en Twitter escribiendo que el perdón ha sido para ella “un acto de autoterapia y autoliberación”. Fue muy particular la misma admisión de responsabilidad de Groening, que abrió el proceso declarando: “no hay duda que yo sea corresponsable moralmente”.
El gesto de Eva Kor, sin embargo, ha levantado muchas polémicas y duras reacciones por parte de otros sobrevivientes de los campos de concentración nazis. “No podemos perdonar los homicidios de nuestros familiares y de otras 299 mil personas. Sobretodo sabiendo que él se considera no enjuiciable a nivel penal. Queremos justicia”, dice uno de ellos.
También intervino el Comité Internacional de Auschwitz al respecto: “Los sobrevivientes no se sienten en la situación de poder perdonar al culpable sobretodo tras su obstinado silencio, que ha durado décadas. No saben siquiera cómo podrían perdonarlo en nombre de los parientes asesinados” (Ansa, 28 abril).
El perdón es más fuerte que la rabia
La mujer comentó al The Times of London: “Sé que muchas personas me criticarán por esta foto, lo dejo estar. Son dos seres humanos que se han encontrado 70 años después de los hechos. No entenderé nunca por qué la rabia es preferible a un gesto de benevolencia. Nada bueno puede venir de la rabia”.
El anciano nazi contó con todo detalle lo que sucedía en Auschwitz, admitió sus responsabilidades y ahora está acusado de concurrir en el homicidio de 330 mil personas (Il Fatto Quotidiano, 28 abril).