La Obra de Don Bosco, muy importante en la vida del presidente uruguayo
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Con distintas actividades impregnadas de juventud y que encarnan el carisma de su fundador, la familia salesiana de Uruguay ya celebra los 200 años del nacimiento de Don Bosco.
El 7 de abril, preparando el cumpleaños del santo que se celebra el 16 de agosto, tuvo lugar un emotivo acto cultural, cuando la familia salesiana se congregó en el Auditorio Nacional del Sodre "Dra. Adela Reta".
Participó el presidente de Uruguay Tabaré Vázquez, ex alumno y dirigente de un grupo salesiano, entorno en el que conoció a su esposa María Auxiliadora.
“La oración era apenas media hora de 5 horas de festividad (fútbol y juegos) que teníamos pero esos salesianos nos enseñaron que esas 5 horas de festividad eran una oración mayor de agradecimiento a lo que nos estaba dando la vida en ese momento. A lo largo del tiempo comprendimos que aquello que se nos enseñó, no sólo en la educación pública, sino también en nuestra condición de oratoriano salesiano, contribuyó a que a lo largo del tiempo pudiera prestar un humilde servicio a la sociedad uruguaya”, expresó el presidente uruguayo, que acaba de iniciar su segundo mandato.
Participaron además el superior de los salesianos en Uruguay, el padre Néstor Castell, y el cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, también salesiano.
Luego del acto comenzó el musical Giovannino. El niño de I Becchi. La obra fue representada por más de cien jóvenes artistas que representaron la niñez y adolescencia del san Juan Bosco, su discernimiento, su crecimiento.
Todo lo necesario para la obra se preparó especialmente en Uruguay, desde el libreto y la música hasta la escenografía. “Giovannino es también una provocación a que renovemos nuestro compromiso en la misión de la familia salesiana, para dar continuidad a la obra que se desencadenó doscientos años atrás”, afirman los organizadores.
Además, el 8 y el 9 de abril se desarrolló el Congreso de Educación del Bicentenario con expositores y profesionales que disertaron sobre los desafíos de la educación integradora.
Los provinciales de los salesianos y las salesianas cerraron de manera conjunta el congreso, en el que reafirmaron su deseo de “ir al encuentro del joven, de su realidad, de su contexto, fortaleciendo su la aceptación de sí mismo.(…) Saber dónde andan, estar en su cultura, sus códigos, estar en los nuevos patios. Hemos hecho la opción de habitar la vida y la cultura de los jóvenes. Acompañar a las familias para que acompañen a la familia”.
Obra teatral, congreso, acto, y hasta un bello himno escrito por el padre Jorge Martínez Lena, que puede escucharse aquí. Pero más allá de los eventos puntuales, la pastoral juvenil salesiana ha elaborado distintos videos y material para la difusión en redes sociales que de manera creativa y divertida presentan la fundante relación entre el santo y los jóvenes.
Los jóvenes eran tan importantes para el santo que en una ocasión le respondió a la marquesa Barolo ante un ofrecimiento: "He dedicado mi vida al bien de la juventud. Le agradezco sus ofrecimientos pero no puedo alejarme del camino que me ha trazado la divina Providencia".
Don Bosco no sólo los consideraba importantes, sino que también les daba esa valoración dentro de la sociedad. Tenía un deseo de prevenir un daño social o de rehabilitarlos en caso necesario, pero su principal motivación era la de educarlos. Y por educarlos entendía ayudarlos a crecer y desarrollarse como seres humanos y cristianos para que de este modo encuentren su lugar en la sociedad.
Su visión, encarnada hoy en la misión de los salesianos uruguayos, y permanentemente renovada en lenguajes y formas como durante estos días se ve en Uruguay, ha dado sus frutos. Que un mandatario exprese con orgullo que su formación salesiana le ayudó a servir a su país no es algo que ocurra en todos lados.