Muchos de ellos son niños
El espinoso asunto de la libertad de flujos migratorios frente a la necesidad de reforzar las fronteras para evitar actos criminales o terroristas, tocó su punto culminante en 2014 y amenaza con persistir en 2015 en América del Norte y América Central.
Tomando a México como referencia, país expulsor y de tránsito, se alcanza a ver el panorama de la migración regional en toda su extensión.
Según el último reporte de la Unidad de Política Migratoria de la secretaría de Gobernación de México, el año 2014 Estados Unidos deportó a 242.905 mexicanos; de ellos 14.339 fueron menores de edad.
Los menores mexicanos –que no gozan del mismo estatus migratorio que los menores centroamericanos por ser México un país contiguo a Estados Unidos– fueron devueltos a estados como Tamaulipas, Sonora, Coahuila, Chihuahua, Baja California, Chiapas, y Puebla, entre otros.
Sin embargo, y por su parte, México devolvió a 107.814 extranjeros, en su mayoría de origen centroamericano, quienes no pudieron acreditar su estancia legal en el país. Poco menos de la mitad de mexicanos devueltos por Estados Unidos.
Para los centroamericanos, el drama es doble. En México no solamente se enfrentan a la deportación, sino también a las bandas criminales y a los temibles “coyotes”, los tratantes de personas.
Por lo demás, el drama humanitario que el presidente Barack Obama describió en la frontera sur de su país, también se repite en México, pues del gran total de extranjeros devueltos por México, 18.169 eran menores de edad provenientes de países como Guatemala, Honduras y El Salvador, quienes fueron asegurados por agentes migratorios tras realizar operativos en los estados de Oaxaca, Chiapas, San Luis Potosí, y estados en la franja fronteriza.
La oficina de Washington para Latinoamérica (WOLA, por sus siglas en inglés) solicitó a México la inversión de mayores recursos en programas de prevención de la violencia, así como mejor capacitación de las autoridades mexicanas para la adecuada evaluación de los menores deportados, y del desarrollo de alternativas de reunificación familiar y apoyo a la reintegración de los menores.
Exactamente lo mismo que ha pedido México para los inmigrantes capturados en Estados Unidos.