Asegúrate de que sabe que estás ahí para ayudarle a superar cualquier dificultad que se le presente
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El consumo de drogas en los hijos es un problema que está presente en muchos hogares. En promedio, los jóvenes tienen su primer contacto con estas sustancias prohibidas a los 14.5 años, siendo la marihuana la droga de mayor consumo.
Esto se debe, en gran medida, a que el período de transición de la adolescencia o juventud se caracteriza por el estrés, la ansiedad y la búsqueda de nuevas sensaciones.
La curiosidad, el deseo de pertenencia o de evadir la realidad, así como la desintegración familiar, son otros de los factores que contribuyen al uso de drogas.
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Con el apoyo del equipo de terapeutas de la “Fundación Ama la Vida”, de la Red Cáritas Arquidiócesis de México, que se dedica a la prevención y rehabilitación de personas con problemas de adicción, el semanario Desde la fe ofrece a los padres de familia algunos consejos para enfrentar esta problemática.
¿Cómo saber si mi hijo consume drogas?
Los primeros indicios son los cambios de comportamiento: irritabilidad; pérdida del sueño o periodos prolongados de sueño; apetito voraz o falta de hambre; abandono de las tareas o de responsabilidades en casa; cambio en el estilo de vida; rompimiento de acuerdos de convivencia familiar; salidas de casa sin aviso; cambio o pérdida de amigos (los que no consumen se alejan de los chicos que consumen; esto es un fenómeno de marginalidad social frecuente).
¿Qué consecuencias puede traer esto?
Al tener una relación directa con sustancias prohibidas se viven situaciones de riesgo porque la percepción del espacio temporal cambia, haciendo que estén en constante peligro, accidentes, sobredosis, pérdida de la libertad o extorsión, muerte.
¿Cómo afecta a la familia?
El consumo de sustancias puede estar asociado a lo que se conoce como trastorno dual en la personalidad, lo que provoca una gran inestabilidad que altera y perturba muchas áreas de la vida (formativa, laboral, afectiva, relacional) del paciente y de las personas con las que convive. Además, todas las conductas asociadas –antes señaladas– son complejas para la familia porque son difíciles de entender y por lo tanto de cambiar.
Si mi hijo no acepta que está consumiendo ¿cómo debo actuar?
Difícilmente va a aceptar que está consumiendo sustancias; el ser humano utiliza inconscientemente la negación como mecanismo de defensa; si los papás hacen esta afirmación, deben cuidar que no se genere un ambiente de persecución o juicio, lo que agudiza la defensa. Es necesario que se busque ayuda profesional para el tratamiento de cualquier situación relacionada con el uso, abuso o dependencia de estas sustancias.
¿Qué puedo hacer para prevenir o corregir esta situación?
• Infórmese ampliamente sobre las drogas, sus efectos y sobre las de mayor consumo en su comunidad.
• Piensa cuál será tu reacción si tu hijo te dice que consume drogas.
• No acuses a tus hijos de una conducta cuya veracidad ignoras; puede ser el comienzo de un enfrentamiento que no resolverá nada; además, si finalmente estás equivocado, la relación se verá deteriorada.
• Busca un momento para hablar sin interrupciones.
• No abordes el tema cuando creas que tu hijo está bajo la influencia de alguna droga.
• Pregúntale su opinión sobre el asunto de las drogas y escucha con respeto lo que te diga.
• Si crees que tu hijo miente respecto a su relación con las drogas, intenta no enfadarte; procura plantearte el asunto en términos de eficacia: piensa qué conducta tuya puede ser más útil para resolver el conflicto.
• Deja bien claro que lo que te preocupa es su salud y su bienestar.
• Asegúrate de que sabe que estás ahí para ayudarle a superar cualquier dificultad que se le presente.
• Deja claro qué conductas consideras aceptables y que otras no estás dispuesto a tolerar.
• No recurras a las amenazas; aunque parezcan una solución rápida a corto plazo, en la práctica no dan los resultados esperados.
• Asegúrate de que asume la responsabilidad de sus actos y las consecuencias que de los mismos puedan derivarse.
• Lo más importante es que le muestres la legítima preocupación que tienes y el amor que sientes por él o ella.
• Por último, ofrécele tu ayuda y pidan el apoyo a los profesionales (maestros, médicos, psicólogos).
En estas circunstancias, ¿cómo puede ayudar a los padres su fe en Dios?
Es prioritario que las familias tengan un acercamiento a la fe, generar ambientes sanos y de espiritualidad que favorezcan el desarrollo de los niños, los adolescentes y los jóvenes.
Nosotros creemos que el problema de las adicciones implica una respuesta bio-psico-social y espiritual, pero estamos convencidos de que esta última es determinante porque va al fondo del problema.
Lo espiritual tiene que ver con las cuestiones más íntimas del ser humano como los sentimientos y la sensibilidad, y con aspectos tan profundos como la esperanza y la fe, permitiendo la realización como personas. Lo espiritual es lo que nos da la fortaleza para enfrentar los desafíos de la vida, aceptando el esfuerzo y el sacrificio que sean necesarios, y es lo que nos mueve a vivir una vida digna en libertad, lejos de la esclavitud de las drogas.
Artículo originalmente publicado por Desde la fe