Pontífice ha llamado a los trabajadores de medios católicos a una mayor responsabilidad“Los medios católicos tienen una misión muy ardua en relación con la comunicación social” dijo Papa Francisco al recibir en audiencia este lunes 15 de diciembre a los administradores, empleados y operadores de la televisión católica TV 2000, televisora de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).
Francisco pidió a los periodistas y comunicadores de concretizar la cultura del encuentro a través de actos como “despertar las palabras, abrir y no cerrar la comunicación y hablar a toda la persona: mente y corazón”.
En un contexto cada vez más plural, añadió “esto requiere de estar dispuestos no solamente a dar, sino también a recibir de los demás”.
El Papa Francisco sostuvo que la primera tarea de un comunicador es “despertar las palabras”. El Papa como lo hizo ante los Obispos del Sínodo de la Familia en octubre 2014, pidió “parresia” (franqueza y libertad) en la comunicación a los encargados de medios.
“Si estamos verdaderamente convencidos de lo que tenemos que decir, las palabras llegan. Si en cambio, estamos preocupados por la táctica, nuestra habla será artificial y poco comunicativa, insípida”.
La libertad en la comunicación es ir también más allá de “las modas, los clichés, las fórmulas ya preparadas, que finalmente anulan la capacidad de comunicarse”.
Entretanto, denunció la manipulación de la información y la comunicación con fines de propaganda. “Frecuentemente la comunicación ha sido sometida por la propaganda, a las ideologías, a los fines políticos o de control de la economía y de la técnica”.
El Papa pidió de evitar la comunicación que “llena” o que “cierra”. La comunicación que “llena”, significa que satura la percepción del publico. “Con excesos de eslogan, que en cambio de poner en marcha el pensamiento lo anula”.
Una comunicación “cerrada – sostiene el Papa -cuando en cambio de recorrer la vía larga de la comprensión, se prefiere aquella breve”. Añade que se trata de presentar individuos como si fueran “personas como si fueran capaces de resolver todos los problemas, o por el contrario como chivos expiatorios” para descargarles toda la responsabilidad.
La segunda tarea del comunicador es dejarse llevar por el Espíritu Santo. El Papa invita a abrir la comunicación y no cerrarla porque así será más “fecunda” en cuanto transportada por la “acción del Espíritu Santo, que es capaz de construir unidad y armonía”.
El Papa también cuestiona cómo se hace información y comunicación en la actualidad. El error más evidente- según el Papa – es la velocidad y poca reflexión en la comunicación porque se corre “enseguida a una solución, sin concederse la fatiga de representar la complejidad de la vida real”.
La tercera tarea para los comunicadores es hablar a toda la persona humana. En este sentido, se refiere a los pecados por evitar en los medios de comunicación: la desinformación, la calumnia y la difamación.
En su discurso aseguró que la desinformación es "decir la mitad de las cosas” y esto conlleva a tener “un juicio” parcial de la realidad. “Una comunicación auténtica no se preocupa de 'llamar la atención' ”.
Al respecto, afirma que entre “alarmismo”, la tendencia a predecir catástrofes y el “desempeño consolador” se pueden ver “dos extremos que continuamente” están propuestos “en la comunicación de hoy”. Es decir, que “en estos dos extremos los medios de comunicación no dan un buen servicio a las personas”.
Por ello, el Papa asegura que se necesita hablar a la entera persona humana: mente y corazón. “Porque solo así se puede ver más allá del inmediato, más allá de un presente que corre el riesgo de no tener memoria y temeroso del futuro” concluyó Francisco.