El Pontífice envía un mensaje a la Conferencia en Viena sobre Impacto de las Armas Nucleares
En ocasión de la Conferencia sobre el Impacto Humanitario de las Armas Nucleares en curso en Viena, Papa Francisco envío el martes 9 de diciembre un mensaje a Sebastian Kurz, ministro federal para Europa, la Integración y los Asuntos Exteriores de Austria.
“Las armas nucleares son un problema global que afecta a todas las naciones y tendrán un impacto en las futuras generaciones” escribe el Papa a los líderes políticos reunidos en la capital de Austria del 8 al 9 de diciembre.
Menos armas nucleares, más escuelas, hospitales y trabajo
El Papa sin giros de palabras dice que esos recursos económicos para dotarse de las armas nucleares pueden invertirse mejor y para sacar de la miseria a los pobres. “En los sectores del desarrollo humano integral, la educación, la salud y la lucha contra la pobreza extrema. Cuando se despilfarran estos recursos, los pobres y los débiles que viven en los márgenes de la sociedad pagan el precio”.
“Gastar en armas nucleares dilapida la riqueza de las naciones. Dar prioridad a este tipo de gastos es un error y un derroche de recursos que sería mucho mejor invertir en los sectores del desarrollo humano integral, la educación, la salud y la lucha contra la pobreza extrema” añadió.
Las primeras víctimas antes de la detonación de una bomba son los pobres. “Cuando se despilfarran estos recursos, los pobres y los débiles que viven en los márgenes de la sociedad pagan el precio’’.
Guerra nuclear crea víctimas innecesarias
En el discurso leído a la Asamblea, el Pontífice pide prestar más atención a los "sufrimiento innecesarios" causados por la utilización de las armas de exterminio de masa.
“Los códigos militares y el derecho internacional, entre otros, condenan desde hace tiempo a las personas que infligen sufrimientos innecesarios. Si esos sufrimiento se condenan durante una guerra convencional, tendrían que condenarse todavía más en el caso de una guerra nuclear”.
Sucesivamente ha puesto su mirada en las víctimas de este tipo de armas que “nos advierten para no cometer los mismos errores irreparables que devastaron a los pueblos y a la creación’’.
La paz no puede llegar por la vía de las armas
La paz no puede ser la ausencia de violencia, sino una construcción de un mundo más justo y humano.
”La disuasión nuclear y la amenaza de destrucción mutua asegurada no pueden ser la base de una ética de la fraternidad y la convivencia pacífica entre los pueblos y los Estados…”
El Pontífice aseguró que ”el deseo de paz, de seguridad y estabilidad es uno de los deseos más profundos del corazón humano”, por consiguiente, “no puede ser satisfecha sólo por medios militares, y menos aún por la posesión de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva…”
“La paz debe construirse sobre la justicia, sobre el desarrollo socio-económico, la libertad, el respeto de los derechos humanos fundamentales, en la participación de todos en los asuntos públicos y en la construcción de la confianza entre los pueblos” agregó.
En este sentido, el Papa Francisco recuerda a su predecesor, Papa Pablo VI que resumió todo esto en su encíclica Populorum progressio. "El desarrollo es el nuevo nombre de la paz’’.
Un mundo sin armas nucleares es posible
El Papa exhortó en la Conferencia a las naciones que tienen armas nucleares y no, a buscar un “diálogo sincero y abierto entre las partes”. “Este diálogo -señaló el Papa- debe ser inclusivo, involucrando a las organizaciones internacionales, a las comunidades religiosas y a la sociedad civil; debe estar orientado hacia el bien común y no a la protección de los intereses especiales”.
"Un mundo sin armas nucleares es un objetivo compartido por todas las naciones -del que se han hecho portavoces los líderes mundiales- así como la aspiración de millones de hombres y mujeres. El futuro y la supervivencia de la familia humana se centran en ir más allá de este objetivo y en asegurar que se convierta en una realidad”.