Un sacerdote mexicano pide perdón por la Iglesia ante la situación de violencia y brutalidad que se vive en México
Mediante una carta abierta, dirigida a las personas residentes en México: católicas y no católicas y al pueblo mexicano en general, el padre Francisco Xavier Sánchez, sacerdote católico (con casi 25 años de ministerio) y profesor universitario, ha tenido el coraje de pedir perdón por “la situación de violencia y de brutalidad que vivimos ahora en México”.
El padre Sánchez ha querido “humildemente pedir perdón, a la población en general, en nombre de la Iglesia católica” por lo que ahora está padeciendo, México, especialmente conmovido por la “desaparición” (probable muerte) de 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, hace poco más de un mes, cuando protestaban en contra del gobierno municipal de Iguala.
“¿Perdón de qué?”, se pregunta el sacerdote mexicano. Y su contestación es: perdón de “no haber sabido –o en algunos casos querido– predicar correctamente la Palabra del Señor que debe ser fuente de justicia y de fraternidad entre los hombres”.
País católico sin identidad católica
El padre Francisco Xavier Sánchez en su carta abierta, recuerda que México está considerado como uno de los países más católicos del mundo y que la devoción a la Virgen de Guadalupe es fuente la identidad nacional. Pero que eso no es suficiente, pues el país vive momentos de violencia extrema y con pocos precedentes en la historia moderna.
“¿Cuántos de los narcos y policías que asesinan ahora a estudiantes fueron bautizados? ¿Cuántos de nuestros dirigentes políticos y empresarios corruptos, mentirosos y cínicos, fueron formados en escuelas y universidades católicas? ¿Cuántas líderes sociales y comunicólogos, que ahora nos mienten y trastornan la información, no son de extracción católica?”, se pregunta y pregunta el sacerdote mexicano.
Más adelante recuerda que él, como sacerdote (católico mexicano) siente “vergüenza y también culpabilidad por lo que ahora estamos viviendo. Y es a nombre de la Iglesia católica (o por lo menos de aquellos y aquellas que se quieran unir a esta mea culpa) que ahora les pido perdón”.
Las peticiones de un sacerdote
En el cuerpo principal de la carta abierta, el padre Sánchez pide perdón por diversas cuestiones inherentes a su condición de sacerdote y de católico; en particular “por no haber predicado suficientemente que el ser cristiano implica tener hambre y sed de justicia”.
También “por no haber despertado la conciencia social durante las homilías dominicales (…); por haber desligado la vida social, política y económica de nuestro país, de la enseñanza en la catequesis” (…) y por los sacerdotes y dignatarios de la Iglesia “que se han aliado con el poder político y económico de nuestro país, y han olvidado ser verdaderamente pastores y profetas, dispuestos a dar la vida por su pueblo, en especial por los pobres”.
Tras pedir un examen de conciencia a todos los niveles, el sacerdote subraya que “pareciera ser que el barco se está hundiendo en nuestro país porque hemos descuidado lo fundamental que es el respeto al ser humano”.
Termina diciendo que él vive en un país –México—“en el que se ha propiciado la búsqueda egoísta y hedonista del ser humano en detrimento de los demás” y pidiendo perdón “por no haber hecho lo suficiente por cambiar mi país”.
