La opinión de Omar Abboud, el hombre que abrazó al Papa y al rabino Skorka frente al Muro de las Lamentaciones
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Así lo cree el argentino de fe islámica que compartió el abrazo con el Papa y el rabino Skorka ante el Muro de los Lamentos. Omar Abboud destacó que el Pontífice esta empeñando en que el diálogo interreligioso contribuya a la resolución de conflagraciones.
«¿Qué ha cambiado con respecto a cuando estaba en Argentina? No sabría… digamos que estaba más flaco; aquí se come bien». Omar Abboud, presidente del Instituto del Diálogo Interreligioso de Buenos Aires y amigo musulmán que acompañó a Francisco (con el rabino Abraham Skorka) a la Tierra Santa, describió su amistad con Jorge Mario Bergoglio en una entrevista con L´Osservatore Romano.
Libanés por parte paterna y sirio por parte materna, Abboud recuerda que conoció a al arzobispo de Buenos Aires en 2002, «el 25 de mayo en ocasión del Te Deum en la catedral», en el periodo difícil que se vivió tras los atentados del 11 de septiembre, durante el que «para que surgiera la voz de la mayoría silenciosa de los musulmanes que desean solamente vivir y trabajar en paz, acallada por la violencia de los grupos fundamentalistas», nació el Instituto del Diálogo Interreligioso en Buenos Aires, que apostó desde el principio por la «educación».
Y Bergoglio, observa Abboud, «siempre ha denunciado con palabras muy claras cualquier tipo de terrorismo».
«Es un hombre de una gran cultura, con una capacidad de análisis de las situaciones sociales fuera de lo común –explica. Siempre me ha sorprendido, desde que lo conozco, el hecho de que no está vinculado con la política, sino preocupado por llamar la atención de la política en cuanto a temas como la pobreza y la exclusión. Las suyas siempre son homilías, nunca comicios. Entiende al pueblo y no deja pasar la oportunidad para señalar al poder temporal sus errores».
Según el dirigente musulmán, «ser su amigo ha sido y sigue siendo un enriquecimiento muy grande. La mirada sobre los pobres, cuya dignidad ve reducida, mortificada o negada, tratada como basura; su coherencia, la identidad entre lo que dice y lo que vive sorprende al mundo, pero no a los argentinos, que lo conocemos desde hace tiempo. Siempre nos ha abierto las puertas de la catedral, pero nunca mezclando ritos, respetando la singularidad y la historia de cada uno de nosotros, nuestra identidad religiosa, con los hechos y no solo con las palabras».
La invitación del Papa de acompañarlo a la Tierra Santa llegó «de forma completamente inesperada, a fines de febrero, cuando Bergoglio recibió en Santa Marta a una delegación interreligiosa argentina, compuesta por 45 personas (15 judíos, 15 musulmanes y 15 católicos)».
«Para mí fue un honor inesperado. Nadie está listo para recibir una invitación para participar en un evento con estas características. Creo que es un signo de la importancia que el Papa da, en su visión, al diálogo interreligioso como instrumento para construir la paz», comenta Abboud.
Bergoglio, recuerda, «siempre ha estado sinceramente interesado en las tradiciones religiosas que son minoría en Argentina. Fue el actor principal en la construcción de los lugares de diálogo con las demás religiones. La relación, tanto con los judíos como con los musulmanes de Argentina, siempre ha sido respetuosa y cordial».
En cuanto a la solución del conflicto en Oriente Medio, «es tan importante que haya también una "diplomacia espiritual" trabajando. En este sentido, el viaje del Papa a la Tierra Santa superó todas las expectativas».
Artículo originalmente publicado por Valores Religiosos