separateurCreated with Sketch.

208 famosos científicos modernos que creyeron en Dios

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Javier Ordovás - publicado el 31/05/14
whatsappfacebooktwitter-xemailnative

Jesús Hernández, ingeniero mexicano, los ha investigadoLa fe y la razón van de la mano, se necesitan y complementan mutuamente: esto es lo que quiere probar el ingeniero Jesús Hernández con su paciente estudio.

Para descubrir a Dios no hace falta ser científico; ese descubrimiento está al alcance de todos pero, indudablemente la opinión de las grandes mentes tiene peso e influencia.

La investigación está realizada para científicos a partir del siglo IX, por acercarse a la época moderna, aunque en los siglos anteriores ha habido muchos y muy meritorios científicos.

También está centrada en las ciencias aplicadas (Física, Química, Astronomía, Matemáticas) y no se ha realizado para los grandes humanistas (Historia, Filosofía, Letras, Psicología) por delimitar el estudio aunque son igualmente científicos.

El autor no ha incluido en la lista a científicos considerados creyentes pero de los que no ha encontrado constancia de su fe; por tanto la lista real es más extensa.

Por otro lado, se ha concentrado en las tres grandes religiones monoteístas: judíos, cristianos y musulmanes.

Nunca pretendí con esta lista probar que no hay científicos ateos. Quise probar que sí hay científicos creyentes, y los hay: Newton, Galileo, Kepler, Pascal, Pasteur, Boyle, Lavoisier, Leibnitz, etc.

El resultado de la lista es el siguiente:
Católicos (laicos y clérigos): 91
Cristianos no católicos: 90
Otros cristianos: 6
Musulmanes: 13
Judíos: 8

El autor ha elaborado una pequeña ficha bibliográfica de cada uno de esos 208 científicos.

El propio Jesús Hernández narra cómo surgió la idea de elaborar esta “lista de científicos creyentes” y dedica este trabajo “a su abuelo Eugenio Roldán Parrodi, físico, químico, y católico convencido:

“Siempre que se me plantea el conflicto ciencia y fe, me acuerdo de él, que era prueba viva de que no hay tal conflicto”.

“Yo crecí en una familia católica, y mis padres, personas religiosas, tuvieron siempre la inquietud del desarrollo intelectual propia de personas cultas. En mi casa teníamos estantes de libros religiosos, y junto a ellos, estantes de libros científicos.

Yo leía desde niño las vidas de los santos, lo mismo que sobre las eras geológicas y el sistema solar. Lo mismo leí versiones de la Biblia adaptadas para niños, que libros de Isaac Asimov.

Por esto, fue una sorpresa para mí el encontrarme, al llegar a la pubertad, con personas que afirmaban que la ciencia y la fe no podían ir juntas, que una persona que estudiara a fondo las ciencias naturales, no podía, al mismo tiempo, creer en Dios, pues la ciencia “probaba” que no había Dios.

Años después, siendo universitario, una conocida mía, atea, me preguntó acerca de cómo yo, estudiante de Ingeniería Mecánica, persona racional, de pensamiento técnico y científico, podía “conciliar eso” con la fe católica, de la que me confesaba ante ella como fiel seguidor.

¿Cómo puedes estudiar temas de Mecánica, Química, Matemáticas, y al mismo tiempo creer en la Aparición de la Virgen de Guadalupe?, me decía.

Y mi respuesta fue simple: “Precisamente las Ciencias me han acercado a Dios. En cuanto a la Virgen de Guadalupe, estudiándola a la luz de las Ciencias de Historia, Teología y Física, he encontrado pruebas de su aparición y mensaje”.

El ingeniero Jesús Hernández se plantea ¿Ser científico es obstáculo para creer en Dios?

“Eso no era una duda, para mí, era una pregunta desafiante. Mi abuelo materno fue físico y químico, y muchos años de su vida dio clases de Física en la Universidad Autónoma de México; él era un hombre de ciencia, que me hablaba sobre el Álgebra, la Energía, las Máquinas, el Universo, etc., pero al mismo tiempo era un hombre de fe, católico comulgante, miembro de un club católico de alpinismo y un auténtico adorador de Dios, que en Su Gloria lo tenga”.

No. La respuesta es que un científico puede ser tan brillante en un laboratorio como devoto en una iglesia cristiana, y por eso quise hacer este pequeño trabajo de investigación, que es, precisamente, una lista de científicos creyentes”.

Además, para satisfacer nuestra curiosidad, incluso nos da la lista de científicos creyentes por países:

42 ingleses, 35 españoles, 28 estadounidenses, 21 alemanes, 16 italianos, 14 franceses, 8 escoceses, 4 austriacos, 3 persas, 3 mexicanos, 3 polacos, 3 daneses, 3 suizos, 3 irlandeses, 2 portugueses, 2 argentinos, 2 paquistaníes, 2 húngaros, 1 japonés, 1 hindú, 1 sueco, 2 croatas, 1 serbio, 1 venezolano, 1 belga, 1 ucraniano, 1 turco, 1 boliviano, 1 canadiense, 1 holandés y 1 sudafricano

Todos ellos recibieron galardones (del tipo premio Nobel, Templeton, Copley,…)  y de las más prestigiosas academias científicas.

Hay que agradecer al ingeniero Jesús Hernández que nos ha facilitado esta información detallada sobre un tema tan debatido y que nos hace ver que a Dios le debemos tanto la fe como la ciencia.

La lista se encuentra aquí.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.