A pocos días de la visita de Ban Ki-moon al Papa Francisco, una “bomba mediática”
Una bomba mediática ha estallado pocos días antes de la visita del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, al Papa Francisco en el Vaticano, que tendrá lugar este próximo viernes.
En las audiciones que han tenido lugar en estos días pasados en Ginebra, miembros del Comité contra la Tortura de la ONU han acusado al Vaticano de recurrir a esta práctica, la más vil y humillante que se puede imaginar.
¿Cómo es posible que un miembro de una comisión de la ONU pueda acusar a la Santa Sede de recurrir a la tortura?
El motivo aducido son los abusos sexuales contra menores de edad cometidos por clérigos en diferentes países del mundo y la manera en que se han manejado estos casos en algunas diócesis.
Está claro que cuando un niño o adolescente es sometido a abusos sexuales, está sufriendo una auténtica tortura, como reconoció reconoció en días pasados en Roma Marie Colllins, mujer irlandesa que cuando era pequeña fue víctima de los abusos sexuales de un sacerdote, y que ahora forma parte de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores de Edad recién creada por el Papa.
Ahora bien, como ella misma aclaró ante los periodistas el 3 de mayo, no es posible acusar al Vaticano de recurrir a la “tortura de Estado”, que es el objetivo de la Convención de la ONU.
El hecho de que haya habido casos de abusos no significa que hayan sido programados, ni siquiera justificados por la Santa Sede. Los hechos contradicen de manera demasiado evidente esta acusación.
De hecho, quizá los miembros de la Comisión contra la Tortura no han leído con atención la Convención que están llamados a hacer respetar y que busca impedir absolutamente el uso de las torturas por parte de los Estados, sin admitir ninguna excusa ni situación extraordinaria, como la guerra o cualquier otra emergencia.
Los casos de clérigos que han abusado de menores y la falta de respuesta de sus superiores en la Iglesia católica son terribles y han sido condenados por los Papas y deben ser condenados por todo obispo. Ahora bien, acusar a la Santa Sede de recurrir a la tortura por este motivo es simplemente una falsedad suscitada o por la ignorancia o por el anticlericalismo.
La visita de Ban Ki-monn no es simplemente protocolaria. Se trata más bien de una auténtica cumbre ONU-Vaticano, pues el secretario general viene acompañado por los responsables de las diferentes agencias internacionales de esa institución.
La prudencia que ha demostrado hasta ahora le permitirá seguramente discernir entre hechos objetivos y falsificaciones.