Monseñor Bazarri, director de Don Gnocchi valora la visita
Es muy grande la expectación en la Fundación Don Carlo Gnocchi para la Misa in Coena Domini que el Papa celebrará esta tarde en el Centro de rehabilitación Santa María de la Providencia, en la calle Casal del Marmo en Roma. El tradicional rito, que abre el Triduo Pascual, verá cómo Francisco lava los pies a 12 pacientes de la estructura sanitaria en memoria del lavatorio que Jesús hizo a los apóstoles. Un gesto simbólico de piedad evangélica como explica mons. Angelo Bazzarri, presidente de la Fundación Don Gnocchi.
“Es un gesto que el Santo Padre realiza siempre en la línea de aquella Iglesia convincente que quiere poner el delantal del servicio a partir de los últimos que luego son los primeros en el Evangelio. Y este regalo es ciertamente una tierna caricia que el Papa ofrece al mundo del sufrimiento, al universo habitado por los más frágiles y vulnerables; un gesto que ciertamente quiere sembrar esperanza, volverse, además, un modelo a imitar y ponerse como brújula de orientación en continuidad, no sólo con nuestro fundador, sino también con toda la acción de los más de 60 añs de vida de la Fundación.
Ustedes han invitado al Papa Francisco. ¿Cómo nació esta idea?
Fue de lo más simple. Le escribí una carta; después de eso encontré al Papa dos minutos en la Plaza San Pedro y le renové mi invitación. Me respondió: “¿Por qué no? Reflexionémoslo”. Después, la noticia de su venida ha suscitado naturalmente en todos nosotros una gran admiración y una gozosa y trepidante espera. Es sobretodo un gesto de gran apreciación por parte de todo el mundo de la discapacidad.
¿A quién encontrará el Papa Francisco?
Encontrará a todos nuestros empleados de dos centros de Roma, Santa María de la Paz y Santa María de la Providencia; a éstos se han unido delegaciones de todos los demás centros de desplazados, los familiares, los voluntarios, los empleados y aquellos que forman parte de los amigos de la “barraca” de Don Gnocchi. Será una fiesta que quiere ser más que oficial, más íntima, familiar, así como la circunstancia litúrgica requiere y como el estilo del Papa Francisco indica.
Uno de los gestos al que se le dará un gran significado es el lavatorio de los pies. ¿Quiénes son los 12 apóstoles? Los discapacitados – que de hecho – serán protagonistas de este gesto ritual tan importante…
Los 12 escogidos tienen edades diferentes, discapacidades distintas y pertenencias distintas desde el punto de vista religioso, porque este es un gesto universal de un Dios que se hace hombre, que sirve a toda la humanidad – al hombre en su integridad -; además existe esta continuidad de una misericordia evangélica que quiere abrazar con el gesto del Papa a todo el mundo del sufrimiento que se mueve al ritmo de los últimos y de los más débiles.
El Centro Don Gnocchi
150 camas en la residencia sanitaria asistencial y en el departamento de rehabilitación, además de 40 lugares de internación hospitalaria diurna, 20 lugares de rehabilitación domiciliaria, las actividades ambulatorias y un Centro de formación, orientación y desarrollo. La estructura conocida como “Piccola Casa della Divina Provvidenza” (Pequeña Casa de la Divina Providencia) en el Cottolengo ha sido adquirida en 2003 por la Fundación Don Gnocchi. Son 12 los pacientes discapacitados que tendrán la dicha de encontrar al Papa y participar en la celebración de la Misa en Coena Domini. Son tres extranjeros y 9 italianos. Algunos con patologías permanentes, otras temporales con posible recuperación. El más joven, Osvaldinho, originario de Cabo Verde, tiene sólo 16 años, condenado a una silla de ruedas por un clavado en el mar el verano pasado. Los más ancianos son Pietro y Angélica de 86 años, quien dijo: “¡yo, una campesina, tendré el honor del Papa!”. Marco, de 19 años, lucha contra una neoplasia cerebral. Hamed, un libio musulmán, Giordana, etiope discapacitada grave, Orietta, golpeada por una encefalitis a muy corta edad, y Samuele, poliomielítico de 3 años, viven con los voluntarios en el Centro. Y luego está Gianluca operado muchas veces por meningitis, Daria y Stefano con problemas de espasticidad y paresia. Historias de dolores físicos y sufrimientos psíquicos a veces indecibles, de enfermedades invalidantes de por vida, de proyectos quebrados y sueños rotos pero también historias de fe y esperanza, solidaridad y caridad, de amor y renacimiento.
