Se acerca la Jornada de la Infancia Misionera
Mañana tendrá lugar la presentación del vídeo “La revolución de Jeferson”, un vídeo el que “se expresa con claridad cómo los niños pueden cambiar el mundo, con pequeños gestos”, explican desde OMP. Ambientado en un colegio de una ciudad española, el vídeo cuenta la historia de Adela, una niña de nueve años que inicia una revolución en su escuela.
Tras la visita de un misionero, conoce la vida de Jeferson, un niño pobre de su edad que vive en un lugar de Centroamérica, y Adela decide ayudarle. Poniendo en marcha su imaginación, logra involucrar a toda la clase en la ayuda a Jeferson y su familia. Poco a poco, lo que empezó siendo un juego, se convierte en oración y en una pequeña aportación económica para ayudar a los niños del mundo. Adela y sus amigos se convierten así en protagonistas de Infancia Misionera. De esta manera, desde OMP se muestra a los niños la importancia que tienen en el anuncio del Reino.
¿No debiera ser eso una tarea principalmente de los adultos?
El arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, explica a los niños la importancia de ser solidarios: “Ayuda para muchas cuestiones importantes de la vida. Ayuda para superar sus carencias alimentarias y educativas. Ayuda para recibir la luz del Evangelio y conocer mejor a Jesús, quien nos libera y salva a todos gracias a su infinito amor. Cada vez que ayudáis a los niños de los países pobres os convertís en pequeños misioneros que colaboran con los misioneros adultos a transmitir la Buena Nueva del amor salvador de Jesús, quien nos dijo: ‘Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’ (Mt 25, 40)”.
En una carta pastoral con motivo de esta jornada, monseñor Asenjo les muestra cómo pueden ayudar: “rezando por esos niños y niñas, por los misioneros y voluntarios que se dedican en cuerpo y alma a ellos; pidiendo a Dios que nos dé a todos un corazón sensible y solidario con los sufrimientos de los demás. Rezar así es muy importante y lo podéis hacer solos o en compañía de vuestros padres, o con los compañeros de colegio o de catequesis. Rezar juntos es una manera muy importante de ser y hacer Iglesia, y vosotros, queridos niños y niñas, sois el presente y futuro más bello de nuestra Iglesia” y también “aportando algo de vuestros ahorros”. “Lo poco que podáis compartir será mucho para esos niños necesitados”, explica en la misiva.
Historia de la Infancia Misionera
Han pasado 171 años desde aquel 19 de mayo de 1843 en que se fundara como respuesta a las cartas de los Misioneros, especialmente las de las Religiosas, que llegaban a la Iglesia de Francia, que vivía entonces un verdadero despertar misionero. Las cartas, hablaban de niños eliminados al nacer porque no se les quería a causa del sexo, las niñas, o por defectos físicos o psíquicos, los minusválidos, o simplemente por la imposibilidad de subsistencia en medio de la gran pobreza general.
Quien respondió a estas inquietudes generadas por la información que enviaban los misioneros fue Charles August Marie de Forbin-Janson. Nacido en 1785, entró muy joven en el seminario con el deseo de tener una vida misionera, llegando a ser obispo de Nancy. Su amor por las misiones tuvo su cauce en la devoción al Niño Jesús, devoción que procuraba difundir, y a la que dio un planteamiento totalmente misionero.
La intuición de Mons. Forbin-Janson fue la de crear un movimiento de niños cristianos – llamado entonces Santa Infancia por su devoción a la infancia de Jesús – para ayudar a otros niños a encontrar al Señor, educarles cristianamente y mostrar una caridad apostólica y solidaria, es decir, un espíritu genuinamente misionero, y no sólo una acción social.