Reacciones ante los problemas éticos del “logro” anunciado por un grupo de investigadores de EEUU
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La obtención de células madre embrionarias humanas a partir de una célula adulta mediante la clonación facilita la clonación de embriones humanos, lo cual supone una grave vulneración de la dignidad del ser humano, que en ningún caso debe ser producido en un laboratorio ni utilizado. Además, las células troncales embrionarias no dan resultados terapéuticos e implican la destrucción de embriones humanos.
Lo advierte la secretaria general de Profesionales por la Ética, Teresa García-Noblejas, en el artículo “Mucha publicidad y ninguna ética en la obtención de células madre embrionarias mediante clonación”, publicado este jueves 16 de mayo tras la difusión, por todo el mundo, de la noticia de que un grupo de investigadores de la Universidad de Oregón (Estados Unidos) ha logrado clonar células madre embrionarias con fines terapéuticos.
Un “logro” ante el cual pide prudencia el presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas, José María Simón Castellví. “Si es ciencia de verdad, el experimento o hallazgo ha de poder ser reproducido en otros laboratorios, y eso está por ver”, considera.
Según los investigadores de la Oregon Health & Science University y el Centro de Investigación Nacional de Primates de Oregon (ONPRC), para lograr estas células han trasplantado el núcleo de una célula, que contiene el ADN de un individuo, en un óvulo que ha tenido su material genético eliminado. El óvulo fecundado (ya un embrión humano) se desarrolla y permite obtener células madre.
Simón recuerda que sobre esta cuestión “ya hubo una estafa hace unos años”: los anuncios del surcoreano Woo Suk Hwang, que se mostraron falsos.
García-Noblejas alerta que los seres humanos pueden ser “convertidos en cobayas de laboratorio para satisfacer la vanidad de algunos científicos y obtener recursos públicos de financiación”.
Por su parte, el responsable del Comité Provida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, el cardenal Sean O’Malley recordó que la clonación “va contra la dignidad de las personas porque trata a los seres humanos como productos”.
“La clonación humana con cualquier propósito es incompatible con la responsabilidad moral de tratar a cada miembro de la familia humana como un don único de Dios –destaca su comunicado-, como una persona con su propia dignidad inherente".
La clonación o transferencia nuclear aplicada a seres humanos está expresamente prohibida por el Protocolo Adicional al Convenio Europeo sobre los Derechos Humanos y la Biomedicina. Por otra parte, tras más de diez años de investigación con células madre embrionarias, todavía no han permitido obtener ningún resultado terapéutico, a diferencia de las células madre adultas.