Publicado el IV Informe sobre la Doctrina Social de la Iglesia en el mundo
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Es el cuarto año consecutivo que el Observatorio Cardenal Van Thuân, en colaboración con otros cinco centros de investigación, ha hecho balance sobre la Doctrina Social de la Iglesia en los cinco continentes, en el IV Informe dedicado a este tema, destacando los hechos nuevos, los retos más urgentes y las principales enseñanzas del magisterio.
El presidente del Observatorio, monseñor Giampaolo Crepaldi, obispo de Trieste, comentó el título del informe de este año, “La colonización de la naturaleza humana”, destacando las enormes presiones internacionales para que los Gobiernos cambien sus legislaciones tradicionales sobre la procreación, la familia y la vida.
En el Informe, se usa el término “colonización” porque “es el fruto de la mentalidad del Occidente saciado y nihilista que se quiere exportar a base de presiones”. Occidente, explicó monseñor Crepaldi, en un momento de su historia colonizó en el sentido clásico del término; ahora lo hace culturalmente “proponiendo una mentalidad contraria a la ley moral natural y presionando para que los Estados ‘retrasados’ entren finalmente en el ‘progreso’” (Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân, 20 de diciembre 2012).
Como se señalaba en Informes anteriores, el ataque está dirigido principalmente a los países de América Latina. En Argentina, país de tradición cristiana, solo en 2011 se han elaborado y aprobado: “una ley sobre la procreación artificial que ha desnaturalizado la procreación”, “una ley sobre el reconocimiento de ‘la identidad de género’ que ha desnaturalizado la familia” y “una modificación sobre el Código Civil para permitir el útero de alquiler que ha desnaturalizado la paternidad”.
El estudio anual del Informe en cuestión está dedicado a la ideología de género, que se ha difundido sin encontrar una verdadera oposición en los países avanzados y que ahora se exporta sistemáticamente a los países emergentes y pobres. Ideología “sutil y generalizada” que hace un llamamiento a los “derechos individuales” de los que Occidente ha hecho su propio dogma y “a una presunta igualdad entre individuos asexuados” para llevar a cabo una “deconstrucción de sistema social entero”. El resultado es una inversión de los valores. “No es el sexo, como dato antropológico en general, sino la sexualidad como comportamiento, el centro de las relaciones sexuales, que no son ‘dadas’ sino ‘elegidas’, como se lee en el Informe (Korazym.org, 7 de enero). Se podría fácilmente llegar “a la discriminación de la heterosexualidad, o sea, de la diferencia sexual y a la imposición cultural de la transexualidad, es decir de la indiferencia sexual”.
La denuncia del Informe es durísima. Si la vieja colonización “entre tantos aspectos negativos también tenía muchos aspectos heroicos y era apoyada por un deseo de exportar algo significativo”, la nueva colonización es, sin embargo, “la exportación de la nada”, que es también un ataque directo a la Iglesia católica porque “aboliendo por ley la familia natural, se impide hacer una experiencia de familia”; hacer esta experiencia tiene una función tanto social como religiosa, porque todo el léxico de la vida cristiana es un léxico “familiar”, y quien no sabe lo que significa padre, madre, hijo, esposo y esposa no puede entender la revelación cristiana.