Después de tres años compartiendo mucha vida, termino el 2018 poniendo fin a esta aventura estupenda que ha sido “El Lío Madre”.
A ritmo de tres posts semanales, en todo este tiempo he intentado contaros lo más representativo de mi vida familiar y aquello que me ha parecido más constructivo.
Alegrías, penas, momentos ricos, preocupaciones y posibles soluciones a problemas reales, todo ello ha tenido un espacio en “El Lio Madre”; siempre dejando las miserias a un lado y tratando de quedarme con todo lo bueno que ofrece la vida con niños.
En un momento en el que muchas personas echan de menos una comunidad en la que poder compartir deseos y desvelos, con “El Lio Madre” he comprobado que las redes ofrecen oportunidades estupendas de acompañarnos unos a otros.
Con tres hijos de 14, 11 y 6 años la vida es, como le digo a mi hija mediana, “mi principal aventura”. Espero haber sabido transmitirte una mirada positiva de la vida, serenidad para hacer frente a los retos que “nuestros chicos” nos ponen sobre la mesa y confianza en la capacidad que cada familia tiene para saber superar dificultades y transmitir valores.
Con esta intención nació el blog y con este espíritu me despido. Pero no os digo adiós, sino hasta luego. Hay mucha vida por compartir. Quién sabe si no retomaré la actividad bloguera en un tiempo y así volvamos a encontrarnos en el mundo digital.
Quiero dar las gracias a mis hijos por ser mi principal fuente de inspiración. Por proponer temas, por corregirme erratas, por pedirme que no publicara aquello que no han querido que contara, por animarme a seguir en momentos en los que me faltaban las fuerzas. Y por supuesto a mi marido, que siempre me ha alentado en esta tarea y que me ha transmitido seguridad en momentos en los que mi autoestima no pasaba por un buen momento.
Aprovecho esta despedida para desearos un 2019 lleno de situaciones que nos ayuden a crecer, a hacer el bien, a estar disponibles, a acoger, a sonreír y a hacer del mundo un espacio más humano. @amparolatre