Andrea Bianco tenía 21 años en 1991. Era un estudiante de economía, y lo tenía todo: una novia, algo de dinero y un auto propio.
Una vida despreocupada, sin problemas. De Cristo y la Iglesia no le interesaba nada, hasta que un día todo cambió…
Una tarde, mientras volvía de la montaña con su novia, en la carretera se encontró con un camión de frente que lo obligó a girar repentinamente y fueron a chocar violentamente contra un árbol.
Su novia se salvó y a él lo daban por muerto. Estuvo veinte días en coma en el hospital de Verona (Italia), en total dos meses ingresado y sufrió 12 operaciones. Pudieron salvarlo, pero quedó ciego.
En el hospital me venía a visitar un carmelita. Me decía: “¡Qué gracia tienes, tú que llevas la Cruz!”.
Yo no entendía nada, tenía ganas de decirle: “Llévate mi cruz ya que te gusta tanto”. Lo sentía como una provocación. Pero luego, comenzamos a rezar juntos y desde ese momento inició un largo camino juntos.
Credere
Más tarde comenzó a rezar el rosario junto a su novia Lara, la chica que sufrió el accidente con él. Pedían por su recuperación.
Paso a paso por el camino de la fe
El amor entre Andrea y Lara se afianzó y decidieron dar el “sí” para toda la vida.
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