“La gran mayoría no está de acuerdo con el vandalismo de la protesta, confiamos en Dios en que esto pasará pronto”, había expresado recientemente a Aleteia una fuente vinculada a la Iglesia en Ecuador.
Esas palabras –poco antes de que la Iglesia pidiera una “tregua”a través de una rueda de prensa- retumbaban en medio de la fuerte violencia desatada tras el inicio de las protestas el pasado 13 de junio con el mayor movimiento indígena del país, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), como protagonista.
El balance hasta el momento no es para nada alentador. Según informan este 25 de junio medios locales como El Comercio, “la posibilidad de un diálogo inmediato” entre gobierno y manifestantes se “diluyó”.
En las últimas horas, por ejemplo, el presidente Guillermo Lasso anunció que las fuerzas del orden aplicarían el uso progresivo de la fuerza. Y en zonas como la Casa de la Cultura, donde hubo enfrentamientos entre manifestantes y la Policía, se lograron replegar las protestas, las instalaciones fueron evacuadas.