“Con corazón de padre: así José amó a Jesús, llamado en los cuatro Evangelios «el hijo de José»”.
(Patris Corde)
San José era un hombre común y sencillo que supo vivir las circunstancias de su vida tal y como Dios quería. Así, siendo un hombre corriente, el Señor obró cosas grandes en él. Quizá sea esto lo que más resuene en mi cabeza: el “hágase” silencioso de San José. Pues con Dios como sostén adoptó una virtud acertada y excepcional como es la discrección. Me lo imagino en el quehacer cotidiano, joven y con una enorme alegría, pero siempre confiando a pesar del vértigo e incertidumbre que conlleva la tarea de ser el padre de Jesús.
“Después de María, Madre de Dios, ningún santo ocupa tanto espacio en el Magisterio pontificio como José, su esposo” (Patris Corde).Su figura es de un potencial excepcional. En ella se encuentran la obediencia, el trabajo, la humildad, la valentía y el amor, mucho amor.
Me parece impresionante el hecho de que San José, con su forma de actuar, nos demuestre vivamente que, mediante la oración, Dios habla verdaderamente a nuestro corazón. Así es como José conoce la voluntad de Dios en su vida.
“Todos pueden encontrar en san José —el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta— un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad. San José nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en “segunda línea” tienen un protagonismo sin igual en la historia de la salvación”.
(Patris Corde).
San José es un padre de familia, un trabajador que custodió a Jesús desde su nacimiento. Siendo el padre putativo de Jesús y el esposo de María, en esa relación de intimidad con ambos, nos enseña a conocer a Jesús, a convivir con Él. Es como si nos permitiera gozar de la familia de Dios desde el salón de la casa de Nazaret. ¡Menuda suerte la nuestra!
El guardián de la familia
Pero, si algo me gusta especialmente es su prudencia, tacto y sensatez en la misión de guardián terrenal de la Sagrada Familia. ¡El guardián de la familia! San José es un padre capaz de empatizar a la perfección con nuestra realidad y un gran ejemplo y sostén para nuestros hogares. A pesar de las dificultades, supo enfrentarse con valentía a los problemas y asumir con responsabilidad las adversidades.
El nombre de José en hebreo significa, “Dios añadirá”. San José supo discernir la voluntad de Dios y actuar en consecuencia. En ese “dejarse hacer” de San José, Dios añade a su vida un valor excepcional, lo más importante, lo que baña de grandeza su existencia: Jesús y María.
Camino directo a Jesús y María
Deberíamos amar y venerar más a San José, pues es el camino directo para llegar a Jesús y María. Es pedirle que nos ayude a llevar adelante la voluntad de Dios en nuestra vida y en la de nuestra familia.
Por si te sirve de idea, puedes ponerle en la entrada de casa como guardián terrenal de tu familia. Hoy en día contamos con un precioso abanico de figuras, láminas y otros detalles para que nos ayuden a recordarle y venerarle.
A continuación, te comento alguno de mis preferidos.
Tienda: Artmadeinheaven
Artista: Matilde Olivera
Se trata de un precioso relieve de cerámica blanca que muestra a un San José joven con el Niño en brazos disfrutando de su paternidad. Es perfecto para cualquier estancia de la casa, pues sus tonalidades neutras hacen que resulte muy versátil a la par que elegante.
Tienda: Tina walls.
Producto: Láminas de San José.
Artista : Victoria
Sus láminas y dibujos emanan una sensibilidad y ternura que traspasa el papel. Todos quisiéramos poder mirar y abrazar al Señor como lo hace José en esas láminas.
Tienda: Thefishermen.
Producto: Vinilos para el móvil y Vela de parafina “Patris Corde”.
El gesto de encender la vela en algún punto de la casa nos ayudará a tener presente a San José en nuestra vida.