La “sagrada familia” era una familia de migrantes forzados. Hoy este drama está vivo en los ‘campos de primera acogida’ y en el mar Mediterráneo, bautizado por el Papa, como un cementerio a cielo abierto de migrantes.
Este es uno de los leit-motiv del viaje apostólico a Chipre y Grecia (2 al 6 de diciembre). Parece que se repita la historia del pequeño niño Jesús, su madre María (adolescente) y su papá José carpintero desocupado, que recibieron refugio en Egipto para recomenzar.
Hoy podría ser peor: terminar junto con su familia en el limbo de la indiferencia, en medio de una frontera, sin superarla, ‘aparcados’; a veces viviendo en la intemperie, en el barro, sufriendo el frío, sin un destino final; otras veces perseguidos, humillados y presas fáciles de traficantes y carceleros.
El niño Jesús podría hoy morir en el Mediterráneo
Otras familias terminan ahogadas en la travesía o repatriadas para volver a temer perder la vida, esta vez, por el verdugo de la guerra y de la miseria: Los “Herodes” de hoy imparten la salvaje orden de negar la vida a los niños nacidos en su territorio, casi como si fuera de nuevo su propósito el matar otra vez o mil veces más al niño Jesús.
Recordemos al pequeño Aylan Kurdi. Así han muerto más de 650 niños migrantes o refugiados en el Mediterráneo desde 2014 (Save The Children).
Las familias de migrantes forzados son simplemente piezas de un ajedrez que les supera, jugado por gobiernos que reciben millones de Europa, con los cuales se financian ‘campos de concentración’ como en las costas de Libia.
Así lo ha denunciado el Papa Francisco en el Ángelus del domingo pasado. Solo para que estos ‘descartados’ no lleguen a los países del norte del ‘Viejo Continente’.
¿Traerá nuevamente el Papa refugiados?
El Papa ha traído en el avión papal desde Lesbos a Roma, en 2016 a 12 refugiados. En esta ocasión podría repetir el gesto, pero de otra manera y en tiempos más dilatados.
Precisamente, antes de embarcarse hacia Chipre y Grecia, el Papa ha querido dar una señal fuerte de la misión que le espera en su viaje a estos dos países del Mediterráneo, una frontera problemática de Europa, casi a la par de un ‘triángulo de las Bermudas’, que traga vidas.
El Papa se reunió muy temprano con dos grupos de migrantes este jueves, 2 de diciembre de 2021. Se trata de refugiados de Siria, Congo y Somalia y Afganistán que ahora viven en Italia; varios de ellos transitaron por el campo de primera acogida en la isla griega de Lesbos (Grecia) para luego ser acogidos por la Comunidad de San Egidio en Roma.
Algunos de ellos se encontraban entre los migrantes que llegaron a Italia con el Papa en el vuelo papal en 2016.
Hay esperanza y va organizada
Antes de embarcarse para Chipre, el Papa también se detuvo en la parroquia de Santa María de los Ángeles de Fiumicino. Allí se reunió con un segundo grupo de unos 15 refugiados que están siendo acogidos por la parroquia. Algunos fueron traídos a través de los corredores humanitarios.