“Estamos muy felices y felices. Estamos seguros de que nuestro objetivo de contribuir al proceso de integración de estas personas a través del empleo y para que puedan enriquecerse dentro de la comunidad brasileña se hará realidad. Agradecemos a todos los socios ”.
Con estas palabras expresó la alegría suscitada por el servicio al que viene de lejos Paulo Heider Santos Tavares, coordinador de “Casa Bom Samaritano” en Brasil. Se trata de un centro destinado a recibir temporalmente a migrantes y refugiados venezolanos. En este caso acogidos en Boa Vista y con oportunidades laborales en el Distrito Federal.
La inauguración del lugar, proporcionado por la Iglesia en Brasil tuvo lugar el 4 de febrero de 2021. Pero recién por estos días logró albergar al primer grupo de migrantes venezolanos (19).
“Ahora la casa ya no está vacía”, agregó por su parte la directora del Instituto de Migraciones y Derechos Humanos, Sor Rosita Milesi, reproduce la web de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB).
En cuanto al funcionamiento del sitio se indicó que dará residencial temporal a grupos familiares e individuales bajo una modalidad de sistema rotativo. Es por eso que las familias podrán permanecer en el sitio hasta tres meses.
“La iniciativa es parte del proyecto “Bienvenidos a través del trabajo”, implementado por AVSI Brasil y el Instituto de Migración y Derechos Humanos (IMDH) / Scalabrinian Sisters y financiado por el Departamento de Población, Refugiados y Migración de los Estados Unidos (PRM)”, se recuerda.
Reconstrucción de sueños
El encargado de darle la bienvenida a estas personas fue el secretario ejecutivo de Campañas de la CNBB, el padre Patriky Samuel Batista.
“Estamos, con este proyecto, dando un paso concreto hacia lo que el Santo Padre pide a la Iglesia en todo el mundo como actitud que los cristianos deben tener hacia los migrantes y refugiados: acoger, proteger, promover e integrar. Aquí las familias encontrarán un refugio desde el que podrán dar los siguientes pasos para reconstruir sus vidas y sus sueños”, expresó, tal cual recuerda la propia Iglesia.
En tanto, los beneficiarios de esta iniciativa no han dejado de agradecer el gesto.
Naileth Del Valle Cordova Arévalo, 31 y su esposo Daniel Maza, 44, así lo hicieron.Ellos tienen dos hijas, Danielle Rebeca Maza Cordova, 10, y Danielle Rebeca Maza Cordova, 5. Estas personas también se mostraron felices de poder comenzar una nueva vida en territorio brasileño, finaliza la CNBB.
“Estamos felices, queremos trabajar y poner a estudiar a nuestras hijas. Agradecemos todo el apoyo que nos brindan estas organizaciones”, dijo esta mujer.
Hoy celebramos a...