No es una gran catedral ni el lugar está ubicada en el corazón de uno de los centros más poblados de Uruguay. La capilla que desde este 28 de febrero tiene como co-patrón (junto a San Francisco de Asís) al beato Carlo Acutis está ubicada en un sitio para muchos “olvidado” conocido como Cerro Pelado en el departamento de Maldonado.
“Hay muchísima gente que viene del interior del Uruguay, de gente pobre en busca de progreso. No es un ambiente de una población tradicional, es una población de diferentes orígenes. No llega a conformar una comunidad y la capillita está ahí en medio tratando de conformar una comunidad”, expresa a Aleteia Pedro Lepphaille, un capuchino de 95 años y uno de los impulsores de que Acutis se transformara en co-patrón de la Capilla San Francisco de Asís de Cerro Pelado.
Barrios humildes y gente que llega buscando trabajo a un centro más que atractivo para el mundo de la construcción como lo es el balneario de Punta de Este. Aquí el campo de acción de una capilla que fue fundada hace cerca de ocho años.
Precisamente, estos detalles hacen de alguna manera que Carlo se sienta “más que cómodo” como patrón de esta capilla, pues de alguna manera toda su vida ha sido testimonio de amor a la Eucaristía y a los pobres. Además, esto también en una zona de Uruguay con presencia franciscana desde hace más de un siglo con la fundación de la catedral.
Carlo Acutis co-patrón, la iniciativa
Lo acontecido en las últimas horas en esa localidad de Uruguay no tiene casi antecedentes debido a que aún hace poco tiempo de la beatificación de Carlo en Asís Italia (octubre de 2020). Pero de alguna manera hace de ejemplo para que en más países la presencia de Acutis siga creciendo.
En cuanto al origen de la iniciativa, el padre Pedro respondió a Aleteiaque se dio de manera conjunta con la comunidad. Posteriormente, la idea (junto a muchas firmas) le fue presentada al obispo de Maldonado-Punta del Este-Minas, Miton Tróccoli, quien dio el visto bueno. Incluso, fue el propio Tróccoli el encargado de encabezar la ceremonia de consagración.
En diálogo con Aleteia, el propio Tróccoli también recordó que cuando sucedió la beatificación de Acutis hubo una exposición que se hizo presente en varios colegios. Aquello permitió el contacto de los jóvenes con Acutis y desde allí extendió en muchas parroquias de la diócesis una admiración por el beato.
“En una diócesis que está trabajando mucho la pastoral juvenil y vocacional, porque hace muchos años que no hay vocaciones, pensamos que la figura de este joven santo también puede entusiasmar y atraer a otros al seguimiento de Jesús“, comentó Tróccoli.
“Su presencia concreta en una de las capillas pobres de nuestra diócesis creo que puede ayudar a que sea un polo de atracción de mover muchas vidas y corazones para pedir la intercesión de este beato que esperamos que pronto sea santo. Y que nos ayude desde allí, como dice el papa Francisco, a tener una mirada de la periferia. Y desde una capilla de la periferia con Carlo Acutis mirando nuestra diócesis, nuestra pastoral y dónde podemos servir y anunciar mejor a Jesús”, agregó.
¿Por qué esta decisión?
A la hora de explicar los motivos de la designación, el padre Pedro fue concreto.
“Carlo Acutis ha sido una novedad como beato en la Iglesia por su edad y por sus características. Un hombre joven (15) muy dedicado a la computación, un hombre de nuestra época. Y por otro lado dedicado al apostolado. Descubre a los 15 años el centro de la vida de la Iglesia (la Eucaristía) en este momento tan revuelto”, comenta.
“El segundo (motivo) el amor a los pobres. El dinerito que sus padres le daban para sus gastos personales los ahorraba y los hacía llegar de alguna manera a los pobres. El día de sus funerales la Iglesia se llenó de gente desconocida, pobres que ayudaba de una manera anónima”, recuerda.
Una señal de amor
Pero Pedro va más allá y hasta se anima a reflexionar sobre la actualidad y la importancia de santos como Acutis.
“El santo siempre es un don de Dios para una época. Parecería que Dios se olvidó un poquito de nuestra raza humana al permitir al menos esta pandemia del coronavirus. Y Dios manda en este momento una señal de amor. Una señal de que no está el Señor olvidado de nosotros. Nos manda un joven puro, amante de la Eucaristía, de los pobres y de una sonrisa. Él siempre está sonriente”, afirma.
“Este beato estaba muy en consonancia con el pensamiento de San Francisco de Asís”, manifiesta también Pedro en referencia al otro patrono que tiene esta capilla de Uruguay. “Hemos visto que está muy en consonancia con ese ideal, pero es un regalo para nuestra época tan individualista. Ama a los pobres”, agrega.
¿Un nuevo lugar de peregrinación en Uruguay?
Por último, el padre Pedro fue consultado acerca de si consideraba que el gesto de nombrar a Acutis como co-patrono de una capilla de Maldonado podría también favorecer a convertir a ese sitio en un nuevo sitio de peregrinación. Pero su respuesta fue contundente y al mejor estilo franciscano.
“Nosotros no pensamos nada si va a hacer de peregrinación. Nosotros presentamos a este testigo de la juventud y después se verá lo que hace Dios”, sentencia este capuchino de nacionalidad argentina, doctor en Filosofía por la Universidad Gregoriana de Roma y digno de admirar por su vasta trayectoria como misionero.
Ha estado, por ejemplo, 10 años en África y permaneció ahí hasta que lo corrió el paludismo. Luego también tuvo un pasaje de varios años por una Villa Miseria en Argentina donde –entre otras cosas- trabajó en un taxi. También misionó en la Amazonía junto al río Coca. Actualmente, los últimos años de su vida están en lo que él mismo denomina la “selva de cemento” en Maldonado Uruguay. No obstante, a pesar de vivir en la parroquia vinculada a la catedral de esa localidad no deja de manifestarse feliz por trabajar en una capilla integrada por gente llena de necesidades y con gran corazón.
He aquí una vez más otro pequeño “milagrito” de Carlos, que provoca que hasta esta la nota sobre una capilla que lo tiene ahora como patrón se finalice con foco el largo caminar de este capuchino. Mientras tanto Carlo prefiere permanecer un poco más oculto entre sus preferidos, los más pobres, o como Jesús en la Eucaristía.
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