Histórica y pintoresca. Así se podría calificar a la iglesia Nuestra Señora de La Candelaria de Punta del Este (Maldonado, Uruguay). Es que la iglesia, cuya fachada se destaca por su colorido exterior celeste, está ubicada en la zona donde se celebró la primera misa en el Río de la Plata.
Aquel acontecimiento se dio hace poco más de 500 años (2 de febrero de 1516) en el marco de la expedición encabezada por piloto mayor del reino de Castilla Juan Díaz de Solís.
Tras el desembarco en tierra firme, esa zona costera, actual bahía de Maldonado, fue denominada cabo de Santa María y la bahía de Nuestra Señora de la Candelaria, justamente en homenaje a la Virgen en el día de su fiesta (en Aleteiapudiste conocer la historia de aquella celebración).
Efectivamente, el denominado Día del Descubrimiento del Río de la Plata (sudeste de Sudamérica) para Uruguay también ha significado el momento en que la cruz abrazó su tierra por primera vez.
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Una fiesta con limitaciones
Pero más allá de la importancia de este sitio y la belleza de la iglesia, un simple recorrido por su interior genera paz y tranquilidad para cualquier visitante.
Este 2 de febrero, en un contexto normal, sin lugar a dudas habría un clima de fiesta, multitudinarias peregrinaciones y hasta procesiones náuticas. No es para menos.
No obstante, debido a la pandemia del coronavirus todo ha quedado limitado y con restricciones. Además, las diversas celebraciones se han complementado con lo virtual.
La oración “escondida” a San José
Es por ello que en esta ocasión tan especial vale la pena seguir la sintonía del “silencio” y hacer referencia a una imagen un tanto particular cerca del altar. Nada más ni nada menos que San José (imagen entronizada el 18 de enero de 2017) y una bonita oración que para muchos permanece “escondida”.
Ahora más que nunca vale la pena recordarla, rezarla, máxime que el papa Francisco ha convocado a vivir el Año de San José (8 de diciembre de 2020 hasta 8 de diciembre 2021).
Sin dudas Punta del Este y Uruguay tiene un tesoro “escondido” que merece salir a la luz y que tantas lecciones ofrece.
A continuación la oración a San José:
Enséñanos, José, cómo se es “no protagonista”
cómo se avanza sin pisotear,
cómo se colabora sin imponerse,
cómo se ama sin reclamar,
cómo se obedece sin protestar,
cómo ser eslabón entre presente y futuro,
cómo luchar frente a tanta desesperanza,
cómo sentirse eternamente joven.
Dinos, José,
cómo se vive siendo “número dos”
cómo se hacen cosas fenomenales
desde un segundo puesto,
cómo se sirve sin mirar a quién,
cómo se sueña sin más tarde dudar,
cómo morir a nosotros mismos,
cómo cerrar los ojos, al igual que tú,
en los brazos de la Buena Madre.
Explícanos
cómo se es grande sin exhibirse,
cómo se lucha sin aplauso,
cómo se avanza sin publicidad,
cómo se persevera y se muere uno
sin esperanza de homenaje,
Por último, curiosamente, la oración en Punta del Este omite una pequeña parte de la original, pero que merece también ser recordada:
cómo se alcanza la Gloria desde el silencio,
cómo se es fiel sin enojarse con el cielo.
Dínoslo, Buen Padre José.
Amén
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