El papa Francisco ha salido esta tarde del Vaticano para cumplir con la cita “viernes de la misericordia” y visitó a niños enfermos de cáncer acogidos en una residencia especial que les brinda refugio junto a sus familias de bajos recursos; obligadas a trasladarse desde otras ciudades del sur de Italia, o de otras naciones, para que los menores puedan recibir curas especializadas en hospitales de la capital italiana.
Además, el Obispo de Roma fue a consolar a un grupo de jóvenes que padecen trastornos mentales y que le habían escrito una carta hace algunos meses. Ambas estructuras están ubicadas en la periferia sur de Roma.
En primer lugar, Francisco se trasladó a la Casa Amica Onlus. Allí tocó en la puerta de la residencia y fue recibido por el personal de servicio que se sorprendió por la inesperada visita, informó la oficina de prensa de la Santa Sede este viernes 7 de diciembre de 2018.
Entretanto, se detuvo a jugar y bromear con los niños, luego intercambió palabras de consuelo con los padres de familia que lo recibieron con gran afecto y le contaron sus sufrimientos.
El Sucesor de Pedro, acompañado por el Presidente de la Asociación CasaAmicaOnlus, la doctora Lucia Cagnacci Vedani, escuchó las historias de Achille y de Andrei, dos niños de 13 y 11 años respectivamente, enfermos de cáncer, acogidos en la Casa junto a sus padres, Sandra y Plamen provenientes de Bulgaria.
Los huéspedes de la estructura son en su mayoría italianos y llegan desde las regiones del sur, obligados a trasladarse a los grandes centros de salud de Roma para recibir el tratamiento médico adecuado. Incluso algunas familias del norte de África y Europa del Este.
Los hospitales que asisten a los huéspedes de la Asociación que padecen patologías muy graves, como tumores o leucemia, son el Campus Biomédico, el Instituto Nacional de Tumores Reina Elena y el Hospital Pediátrico Bambino Gesù.
El servicio ofrecido en estos centros subraya el fenómeno en aumento de las “migraciones por motivos de salud“, con el agregado de la carga de penurias y pobreza que conlleva.
Antes de saludarlos, el Papa les regaló un pergamino para recordar la reunión y dio algunos regalos para las familias.
Posteriormente, el Papa fue a la comunidad terapéutica de rehabilitación Il Ponte e l’Albero(El Puente y el Arbol) ubicada en uno de los “puentes” del distrito 38 de Laurentino, una zona muy difícil en las afueras del sur de Roma.
Los huéspedes de la estructura son doce jóvenes con problemas mentales, que tras el apoyo recibido han experimentado una mejor condición de vida para ellos y sus familiares.
El Papa a pie, después de haber subido dos escalones del “puente”, ha visitado a los chicos sorprendiéndolos en medio de una de sus actividades.
Con esta visita, Francisco cumplió con el deseo de estos jóvenes, que hace meses le habían escrito una carta en la que le contaban sus dificultades diarias derivadas de los padecimientos mentales, además narraban de sus esfuerzos acompañados por las atenciones amorosas de médicos y operadores.
El papa Francisco escuchó al Dr. Paolo Stievano, Director de Psicología de la estructura, quien le explicó los sufrimientos de estos chicos y cómo la estructura de salud del Departamento de Salud Mental de ASL Roma 2 logra ayudarlos y apoyar a sus familias.
Antes de devolverse para el Vaticano, el Pontífice ha dejado a los jóvenes de regalo una torta de navidad de 10 kilos.
Papa Francisco, el Papa de las sorpresas
No es la primera vez que el Papa deja sus quehaceres diarios para sorprender a niños, enfermos, pobres o a quien más lo necesita. En los llamados viernes de la misericodia, en sus viajes pastorales o cuando uno menos se lo espera.
Hoy celebramos a...