El trabajo ya está en marcha. En el extremo sur del desierto de Atacama, (Chile), donde se encuentra el Observatorio Las Campanas, comenzaron las excavaciones en roca para instalar los cimientos del edificio que albergará el Telescopio Magallanes Gigante (GMT, por sus siglas en inglés), un proyecto que consiste en la combinación de espejos de máxima potencia.
“Este telescopio de 25 metros de diámetro, cuyo peso final se espera que sea de 1.600 toneladas, se compondrá de siete espejos de 8.4 metros montados conjuntamente en una estructura de acero, la que estará albergada en un edificio rotatorio de 65 metros de altura (aproximadamente 22 pisos), con un diámetro de 56 metros”, establece el propio sitio del proyecto al hacer referencia a la construcción del telescopio más potente del planeta y con una capacidad que triplicará a los actuales, entre ellos el Hubble.
Por otro lado, esta construcción no hace otra cosa más que confirmar a Chile como la gran ventana para ver el universo desde la Tierra.
“Su instalación consolida y proyecta a futuro a Chile como la gran ventana para observar el Universo desde la Tierra. Junto al ELT, dos de los tres telescopios gigantes de última generación que se planea construir estarán en Chile. Sus grandes espejos permitirán abrir nuevas fronteras en el cosmos y los astrónomos en Chile podremos participar en esas investigaciones”, expresa a La Tercera Andrés Jordán, investigador del Instituto de Astrofísica de la U. Católica y del Instituto Milenio de Astrofísica MAS, quien trabaja en la instrumentación para el GMT.
At the #GMTelescope construction site: In preparation of the telescope pier area, a backhoe removes rocks in a 10×10 meter area to a depth of 2 meters. #BuildingGMTpic.twitter.com/mpbAZQHQsO
— Giant Magellan Telescope (@giantmagellan) August 27, 2018
Con este megatelescopio, además de cambiar la manera del ver el universo, se abre también la oportunidad para responder a grandes preguntas que aún desvelan a los científicos o nuevos descubrimientos.
Mientras tanto, el primer paso está dado y habrá que esperar que el proyecto vea la luz en 2024, momento en el cual, de concretarse, mirar al cielo ya no será lo mismo.
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