Una voz incomparable, una fuente de inspiración para generaciones enteras de músicos y todo un mito. Aretha Franklin ha desaparecido a los 76 años de edad. La Reina del Soul actuó en público por última vez en noviembre de 2017, en un evento benéfico a favor de la lucha contra el SIDA de la fundación Elthon John. Junto a él precisamente preparaba un nuevo álbum de estudio con colaboraciones de otros artistas de renombre como Stevie Wonder o Lionel Richie.
Famosa por temas como “Respect”, “You make me feel like a natural woman”, “I say a little prayer for you” o “I know you were waiting” (versionado después junto al también desaparecido George Michael) como tantas otras cantantes de gospel, se formó en el coro de la iglesia de la que su padre era pastor. Pero ella fue de las primeras divas. Después vendrían las demás.
Siempre reconoció que su talento era un don de Dios que estaba utilizando “en el mayor grado posible” y que esa certeza le hacía feliz. Uno de sus primeros temas conocidos fue “Precious Lord”, canción que entonó en el funeral de Martin Luther King. Con apenas 18 años ya era toda una estrella que había crecido rodeada de voces como la de Ella Fitzgerald.
Más de 50 años en la música le han regalado otros momentos memorables, como cantar en la ceremonia presidencial de Barack Obama en 2009, o frente al Papa Francisco en 2015, durante el Encuentro Mundial de las Familias en Philadelphia. El año pasado anunció su retirada porque decía que quería pasar más tiempo con sus nietos. Una de sus últimas apariciones fue en enero, durante la gala previa a los premios Grammy en Nueva York pero ya no cantó.
En 2010 padeció un cáncer de páncreas que intentó mantener en la más estricta privacidad. Parece que desde entonces sufría esta enfermedad. Aun así, en 2011 fue capaz de grabar un nuevo álbum, Aretha: A Woman Falling Out of Love, y en 2014 publicó un recopilatorio de grandes éxitos de otras damas de la música como Barbra Streisand o Adele.
En 2008 fue elegida por la revista Rolling Stone como la mejor cantante de todos los tiempos. A lo largo de su carrera recibió numerosos galardones y reconocimientos como la Medalla Nacional de las Artes o la Medalla de la Libertad y 18 premios Grammys. Ha vendido unos 75 millones de discos a pesar de que, desde los años 80, no salía de gira fuera de Estados Unidos por su fobia a volar.
En las horas previas a su muerte, su familia se desplazó hasta la ciudad de Detroit para acompañarla. De hecho, un portavoz pidió oraciones a sus fans en los últimos momentos de vida de la cantante. Aunque la Reina del Soul se ha ido, el trono será suyo para siempre porque es ya una leyenda de la música.