Durante la Segunda Guerra Mundial, una muestra de que el mensaje de Fátima estaba en lo cierto y la Liga de las Naciones equivocada sobre el modo de alcanzar la paz
“La guerra acabará, pero si no dejan de ofender a Dios, en el pontificado de Pío XI comenzará otra peor”, avisó la Virgen María a los tres videntes de Fátima, el 13 de junio de 1917.
En 1939, por desgracia, el mundo fue testigo de la triste predicción de Nuestra Señora, con un conflicto bélico que provocó millones de muertos.
Sin embargo, en relación con el miedo nuclear, sucedieron dos pequeños hechos considerados milagrosos que, de alguna forma, muestran que incluso en los momentos más oscuros de la historia, el mensaje de Fátima sigue siendo fuente de inspiración y esperanza.
El 6 de agosto de 1945, fecha en que la Iglesia celebraba la fiesta de la Transfiguración, los Estados Unidos de América, bajo el liderazgo del presidente Harry Truman, lanzaron sobre la ciudad japonesa de Hiroshima la primera bomba atómica de la historia.
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