Cuando empecé a tener mis ciclos menstruales, no estaba especialmente entusiasmada. Es decir, sí durante los primeros meses, porque me alegraba ver que ya no era una niña, pero la gracia de la novedad se perdió con bastante rapidez y solo quedó una especie de incordio por el hecho de que iba a tener que lidiar con esta nueva inconveniencia e incomodidad todos los meses del futuro previsible.
Sabía que esta nueva experiencia implicaba que mi cuerpo podría ser capaz de concebir hijos, pero esa realidad era demasiado lejana como para significar algo para mí. El orgullo que sentí por mi desarrollo quedó hundido cuando empecé a comprender que “ser mujer es un enorme fastidio”. Recuerdo pensar en lo injusto que me parecía que los chicos no tuvieran que pasar por lo mismo.
Ojalá hubiera pensado de otra forma en aquel entonces, pero no fue así, ojalá hubiera entendido que ser mujer, por supuesto, no es un enorme fastidio. No es ser un hombre más el peso añadido de los ciclos mensuales.
Sin embargo, parte del motivo por el que pensaba de aquella forma era que, cuando se nos enseña a las chicas sobre nuestros ciclos, se pasan por alto tres cuartos del ciclo y el foco se pone solamente en la única semana de sangrado. En realidad, el ciclo menstrual es mucho más que el periodo de sangrado.
Claro está que la regla es la parte que más notamos. No es algo que se pueda ignorar. Sin embargo, solamente es una cuarta parte de todo lo que sucede y las otras tres partes son, en realidad, algo sorprendente. Es simplista en extremo hablar del ciclo menstrual como si no fuera nada más que un sangrado y unos dolores recurrentes.
Así que, ¿y si enseñáramos a nuestras hijas toda la historia?
Podríamos enseñar que, durante la Fase 1, aunque pueda sentirse cansada al principio (es efecto del bajo nivel de estrógeno), a medida que avance la semana se irá sintiendo mejor.
En la Fase 2 el estrógeno aumentará hasta llegar a su pico, junto con sus niveles de testosterona. Aquí puede esperar un buen chute de energía y seguridad y otras ventajas adicionales.
Durante estas dos primeras semanas, el aumento de estrógeno va a hacer que desarrolle masa muscular con más eficiencia de lo habitual. El estrógeno extra va a fomentar la producción de endorfinas de su cerebro, lo cual implica que sentirá dolor con menos intensidad.
La semana de después, gracias a la combinación de estrógeno y al aumento de progesterona, las chicas queman un 30 por ciento más de grasa al hacer ejercicio que durante otros momentos de su ciclo.
Te puede interesar:
¿Qué tengo que saber sobre el síndrome premenstrual?
El ciclo entero es algo fascinante. Enseña a tu hija qué puede esperar de cada una de las fases y la estarás ayudando a entender que nada es aleatorio.