Cómo la mujer puede reapropiarse de su propio cuerpo después de llevar años sometido a a un sistema que no tiene en cuenta su naturaleza.
En un impactante ensayo titulado “Mon corps ne vous appartient pas”, publicado en francés el pasado 18 de enero, la profesora de filosofía Marianne Durano denuncia la violencia sistémica, técnica y médica que sufren las mujeres de hoy: prácticas ginecológicas abusivas desde la adolescencia, píldoras anticonceptivas, exceso de medicalización del embarazo —que es visto como una enfermedad—, mercado laboral inadaptado, procreación médicamente asistida, gestación subrogada…
En su libro es algo más que un inventario de las tendencias que alienan el cuerpo de la mujer en la actualidad. A través de su propio testimonio como mujer y madre, Marianne Durano propone consejos para ayudar a las mujeres a reapropiarse de su cuerpo a nivel personal, social y político.
Un “cuerpo maternal”
¿Cómo podemos aceptar serenamente el cuerpo de la mujer en una sociedad que intenta mitigar sus especificidades?
La respuesta de Marianne Durano es sencilla: “Dejando de ver a la mujer como un hombre imperfecto”.La autora demuestra hasta qué punto nuestra sociedad, heredera de toda la historia de la filosofía – desde Aristóteles hasta Simone de Beauvoir-, manifiesta un desprecio hacia el cuerpo femenino.
Frente a esta concepción tradicional, Marianne Durano reivindica la necesidad de pensar en el cuerpo de la mujercon todas sus especificidades.
Se trata de recuperar la consciencia de que el cuerpo femenino es diferente al del hombre porque puede hospedar vida.
Esta posibilidad de maternidad no es insignificante y es necesario reconsiderar el cuerpo femenino como “cuerpo maternal”, un “lugar de emanación imprevisible de vida”.
Según la filósofa, no se trata de posicionarse en una relación jerárquica donde lo masculino sería lo primero y donde las mujeres deberían negar su feminidad para asemejarse a los hombres y lograr una igualdad utópica, sino de reconocer esta maternidad como especificidad fundamental del cuerpo femenino.
Únicamente reconociendo y valorando esta increíble capacidad de las mujeres para engendrar vida podemos ayudar a las mujeres a aceptar su feminidad.
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