La Biblia dice que cada país tiene su santo patrono, su intercesor en el cielo (Daniel 10, 13.20-22; Apocalipsis 2,1.8.12.18; 3,1.7.14).
El libro de Daniel afirma que cada pueblo, nación, posee un ángel protector (Daniel 10,13.20-22), un responsable de presentar las oraciones de los fieles de la tierra e interceder por las necesidades de ese pueblo (Apocalipsis 8, 3-4; Zacarías 1,12).
La Iglesia tiene poder para definir el patrono de una comunidad
La Iglesia recibió de Cristo el poder de que lo que uniera en la tierra quedara unido en el cielo (Mateo 16,19); así puede decretar cuál es el patrono de cada pueblo, iglesia o país.
De esta forma, al tomar en consideración el deseo del pueblo cristiano católico, por ejemplo de Brasil, decretó oficialmente que Nuestra Señora representada en la imagen de Aparecida, fuera la patrona de Brasil.
Así como los ángeles que velan recordando a Dios las necesidades de Jerusalén (Zacarías 1,12-13; Isaías 62,6-7), María, Nuestra Señora de Aparecida presenta a su Hijo las necesidades y plegarias del pueblo brasileño, tal como el ángel y los santos ancianos en el libro del Apocalipsis (Ap 5,8. 8,4).
Por Fé Explicada
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