Principio 90/10: La actitud hace la diferencia

Este maravilloso principio que plantea Stephen R. Covey, autor del best-seller “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, dice que el 10% de la vida, de nuestro día a día, está relacionado con lo que te pasa y el 90% restante se relaciona con la forma en cómo respondemos ante esos acontecimientos.

Lo que quiere decir es que no tenemos el control sobre el 10% de lo que nos sucede: el auto no arranca esa mañana en que te urgía llegar a tiempo a la oficina. O se fue la luz en tu casa justo en el momento en que te disponías a darle forma a tu cabello con la secadora. O amaneciste enfermo el día de tu cumpleaños y nos podrás salir a festejar como lo habías planeado. Cualquiera que sea la circunstancia las cosas simplemente pasan. Pero con el restante 90% sucede algo distinto porque de ese porcentaje tú y yo sí tenemos el control, al igual que en la forma en cómo responderemos ante el 10% que la vida nos presente.

Los 5 segundos mágicos

Tenemos 5 segundos para reaccionar ante los acontecimientos y de esa respuesta dependerá lo que sigue, con todas sus consecuencias. Incluso, cómo irá nuestro día también dependerá de esos 5 segundos.

Si respondemos de una forma asertiva, con una actitud positiva ante los que nos sucede, sabremos que por muy gris que esté el día, siempre lo veremos luminoso.

Durante nuestro día tendremos muchas oportunidades de emplear este principio, algunas serán de más peso que otras, pero siempre nuestra actitud hará la diferencia.

Te enumero solo algunas

• Te han diagnosticado una rara y grave enfermedad. Puedes deprimirte y lamentarte el resto de tus días, preguntarte “por qué a mí”, o bien, canalizar esa energía en un tratamiento y elegir disfrutar cada día al máximo, pese las circunstancias.
• Tu amiga te hace una crítica nada prudente y mucho menos caritativa. Está en ti molestarte con ella, dejarle de hablar o regresarle la “ofensa”. O bien, tratar de entender que quizá ella esté pasando por un momento difícil en su vida y no tomar sus palabras como algo personal.
• Tu novia te abandonó. Está en ti el que elijas tirarte al drama y vivir en él, ir apesadumbrado por la vida porque se fue, o bien, analizar y descubrir tus áreas de oportunidad, tanto de forma personal como en la relación y salir adelante con tu vida no cometiendo los mismos errores.
• Estás en una reunión de conocidos y desconocidos y tu cónyuge te contradice delante de todos y tú te sientes aplastado cual cucaracha. De la forma en que reacciones en esos 5 segundos dependerá si ahí mismo, de una forma prudente, o llegando a casa, puedan tener un diálogo maduro, quizá haciéndole ver cómo te sentiste. O bien, sigues con el entripado y llegas a casa aventándole huevos y sacando de tu boca sapos y culebras. Ya nos podemos imaginar el final… nada feliz…

Como ven, muchas veces, si no es que la mayoría, no tenemos el control de lo que nos pasa. No podemos ni siquiera controlar el que los demás nos traten bien, con amor y respeto porque cada uno da lo que tiene para dar.

Sin embargo, siempre tendremos el control de cómo reaccionamos ante lo que nos sucede y esa reacción se deberá en gran parte a nuestra inteligencia emocional, por lo mismo es imperativo que invirtamos tiempo, dinero y, sobre todo, esfuerzo en educarla para mantenerla en equilibrio, lo más sana posible.

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