“Considerando todas las cosas, ¿crees que el mundo está mejorando o empeorando? Esta es la pregunta que se plantea al inicio del estudio ‘Una historia de condiciones de vida globales en 5 gráficos’, elaborado por Our World in Data (Nuestro Mundo en Datos), una publicación web que muestra cómo las condiciones de vida globales están cambiando a lo largo del tiempo en el planeta.
A pesar de que “muy pocas personas piensan que el mundo está mejorando”, como advierte el estudio, la respuesta que surge de las conclusiones del mismo es que, entre otros, hay seis indicadores que hablan de un mundo mejor con el paso de los dos últimos siglos.
De hecho, en Suecia solo el 10% considera que las cosas están mejorando, y el porcentaje baja hasta el 6% en Estados Unidos y el 4% Alemania. Sin embargo, para valorar cómo el mundo ha cambiado se debe considerar “una perspectiva histórica”, añade el informe de Our World in Data.
Una perspectiva histórica y diversos indicadores que puedan dar una visión global de cómo se está mejorando o empeorando en cuanto a condiciones de vida de la población mundial, como extrema pobreza, democracia, educación básica, vacunación, alfabetismo y mortalidad infantil, y que, según el estudio, constatan que el mundo progresa adecuadamente.
El informe nos muestra seis gráficos (aquí puedes verlos) donde se puede ver el cambio radical en estas cuestiones que ha habido en los últimos doscientos años.
Extrema pobreza, un giro copernicano
Una primera cuestión a considerar es la evolución de la extrema pobreza en el mundo. Y para evaluarla de forma correcta no nos podemos remitir a tan solo 30 o incluso 50 años atrás.
“Es fácil cometer el error de pensar en el mundo como algo relativamente estático: las partes ricas, sanas y educadas del mundo aquí y las regiones pobres, iletradas y enfermas allí. Para concluir falsamente que siempre fue así y que siempre será así”, indica el estudio.
En ese sentido, se suele retratar la pobreza en el mundo cayendo en el tópico de que el Norte siempre es mucho más rico que el Sur. Pero, si nos vamos 200 años atrás, podemos visualizar cambios drásticos en las condiciones de vida.
Por ello, cuando se toma una perspectiva más larga en el tiempo se puede observar que “el mundo no es estático en absoluto. Los países que hoy son ricos eran muy pobres hace muy poco y en realidad estaban peor que los países pobres de hoy”, agrega.
“En 1820 sólo una pequeña élite disfrutaba de un nivel de vida más alto, mientras que la gran mayoría de la gente vivía en condiciones que hoy llamaríamos pobreza extrema”, dice el estudio.
Así, mientras en 1820 un 94% de la población vivía en condiciones de extrema pobreza y solo el 5,6% lo hacía en condiciones dignas, en 2015 esos porcentajes se habían invertido para mostrar que el 90% no vivía en condiciones de pobreza extrema y solo el 9,6% sí las padecía.
El informe añade que “la proporción de personas extremadamente pobres ha ido cayendo continuamente. Cada vez más regiones del mundo se industrializaron y con ello aumentaron la productividad que permitió sacar a más personas de la pobreza: en 1950, tres cuartas partes del mundo vivían en extrema pobreza; en 1981 todavía era 44%. Para el año pasado la investigación sugiere que la proporción de la pobreza extrema ha caído por debajo del 10%”.
Hay que considerar que “los investigadores miden la pobreza extrema como vivir con menos de 1,90 dólares por día. Estas cifras de pobreza toman en cuenta las formas no monetarias de ingreso -para las familias pobres de hoy y en el pasado esto es muy importante, sobre todo debido a la agricultura de subsistencia”.
Por otra parte, “si tenemos en cuenta que la población mundial se ha multiplicado por 7 en los últimos dos siglos, […] en un mundo sin crecimiento económico, este aumento de la población habría dado lugar a menos y menos ingresos para todos; un aumento de 7 veces en la población mundial habría sido suficiente para llevar a todos a la extrema pobreza”, señala el informe.
“Sin embargo, sucedió exactamente lo contrario. En un momento de crecimiento demográfico sin precedentes nuestro mundo logró dar más prosperidad a más personas y sacar continuamente a más personas de la pobreza”, aclara.
La visión cortoplacista de los medios
“Desafortunadamente, los medios de comunicación están demasiado obsesionados con informar de eventos individuales y con cosas que salen mal y no presta suficiente atención a los lentos desarrollos que remodelan nuestro mundo”, agrega el estudio para poner en evidencia la visión cortoplacista de los medios en estas cuestiones.
“Con estos datos empíricos sobre la reducción de la pobreza podemos hacer más concreto lo que sería un medio de comunicación que informara sobre el desarrollo global. El titular podría ser ‘El número de personas en extrema pobreza cayó en 130.000 desde ayer’ y no tendrían este titular una vez, sino todos los días desde 1990, ya que, en promedio, ha habido 130.000 personas menos en pobreza extrema todos los días”, concluye.
Una democracia que todavía flaquea
Evolución que ha hecho la democracia en el mundo desde hace 200 años: solo un 1% vivía en 1820 en democracia, mientras el 99% restante no lo hacía.
Aunque evidentemente las cosas han cambiado de forma significativa en doscientos años, se puede hablar de una democracia que todavía flaquea, ya que aún se mantienen porcentajes significativos de personas que no viven en democracia en el planeta: en 2015, el 44% no se puede considerar que vivieran en democracia; mientras el 56% sí lo hacía.
El gran cambio en educación
El estudio de Our World in Data analiza también los cambios que ha habido en cuanto a la educación y vacunación en el mundo.
Hace doscientos años solo un 17% de la población tenía educación básica o más y el restante 87% carecía de educación alguna; mientras en 2015 los porcentajes se invierten: el 86% tiene educación básica o más y el 14% no han alcanzado ninguna educación.
Al respecto, el estudio destaca que “ninguno de los logros alcanzados en los últimos dos siglos se podría haber hecho sin la expansión del conocimiento y la educación”. Y añade que “la educación está en camino de mejorar a nivel mundial”.
La explicación está en que “la composición educativa de hoy nos dice algo sobre la educación del mañana: una joven alfabetizada de hoy será una anciana alfabetizada en 2070 y un estudiante con educación Secundaria ahora será un graduado con educación Secundaria en el futuro”.
En este apartado, el estudio concluye que “la proyección sugiere que para el año 2100 casi no habrá nadie sin educación formal y habrá más de 7 mil millones de mentes que habrán recibido por lo menos educación Secundaria. Con la gran importancia de la educación para mejorar la salud, aumentar la libertad política y acabar con la pobreza, esta proyección es muy alentadora”.
El impacto de las vacunas
Evidentemente, en 1820 no existía vacunación contra la difteria, tos ferina y tétanos, y es a partir de 1960 que se observa el inicio y rapidísimo crecimiento de la vacunación en el mundo, hasta llegar a un 86% de vacunados en 2015 frente a un 14% que no lo están.
Hacia la alfabetización total
Our World in Data nos da las estadísticas sobre alfabetismo y mortalidad infantil en los dos últimos siglos.
En el pasado sólo una pequeña élite era capaz de leer y escribir. La educación de hoy, incluso en los países más ricos, es otra vez un logro muy reciente”, recuerda el informe.
Otros dos grandes avances: el alfabetismo global está en el 85% y la mortalidad infantil casi ha desaparecido: “los niños que sobreviven los primeros cinco años alcanzan el 95,75%”
En 1820 solo el 12% de la población mundial era capaz de leer, mientras el otro 88% permanecían como analfabetos. Sin embargo, en 2015 de nuevo los porcentajes se invierten para mostrar un 85% de personas alfabetizadas y un 15% que no lo están.
Hay que recordar que “en 1930 era solo una de cada tres”, mientras ahora “más de ocho de cada diez personas son capaces de leer. […] Y si son jóvenes las posibilidades son mucho más altas ya que muchos de la población analfabeta de hoy en día son viejos”, agrega el informe.
Otra forma de verlo es en cifras absolutas: “en 1800 había 120 millones de personas en el mundo que sabían leer y escribir; hoy hay 6,2 mil millones con la misma habilidad”, concluye.
Mínima mortalidad infantil
En cuanto a la mortalidad infantil, en 1820 un 43,3% de los niños morían antes de llegar a los cinco años, y un 56,7% sobrevivían durante esos cinco primeros años de vida. Pero, en 2015, los niños que sobreviven los primeros cinco años alcanzan el 95,75%, mientras solo el 4,25 fallecen antes de cumplir esos cinco años.
En ese sentido, el estudio recuerda que “una de las razones por las que no vemos progreso es que no somos conscientes de lo malo que era el pasado”.
“Las estimaciones históricas sugieren que el mundo entero vivía en malas condiciones; hubo relativamente poca variación entre las diferentes regiones, en todos los países del mundo más de uno de cada tres niños murieron antes de los 5 años de edad”, dice el estudio, que vuelve a insistir en que “tienes que tomar esta larga perspectiva para ver el progreso que hemos logrado”.
La estadística, muchas historias a la vez
El estudio concluye haciendo referencia de nuevo al papel de los medios de comunicación a la hora de valorar de forma errónea los cambios sociales que ha habido a lo largo del tiempo.
Mientras “más de 9 de cada 10 personas no piensan que el mundo está mejorando”, la evidencia empírica demuestra lo contrario. “No creo que los medios de comunicación sean los únicos culpables, pero creo que ellos tienen la culpa de una parte de esto. Esto es porque los medios de comunicación no nos dicen cómo el mundo está cambiando, nos dicen qué es lo que en el mundo va mal”, señala uno de los responsables del estudio.
“Los medios de comunicación se centran en eventos únicos y los eventos individuales son a menudo malos -mira las noticias: accidentes de avión, ataques terroristas, desastres naturales, resultados electorales que no estamos contentos”, agrega.
“Los acontecimientos positivos por otra parte suceden a menudo muy lentamente y nunca generan titulares en los medios, obsesionados por el acontecimiento”, continúa. Así, “la gran mayoría de la gente es completamente ignorante sobre el desarrollo global”.
Por tanto, “la única manera de contar una historia de todos es usar estadísticas, sólo entonces podemos esperar tener una visión general de las vidas de los 22 mil millones de personas que vivieron en los últimos 200 años. […] Para lograr una representación de cómo el mundo ha cambiado en general, hay que contar muchas, muchas historias a la vez; Y eso es estadística”, concluye.
Artículo originalmente publicado por Forum Libertas
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