Juan Bautista tenía como misión señalar a Jesús como "lámpara" frente a otras luces, destaca en su homilía en la Casa Santa Marta
Que los cristianos miren al “gran” Juan Bautista como a un modelo de testimonio humilde de Jesús, que se anula a sí mismo hasta la muerte, para indicar la venida del Hijo de Dios.
Es lo que dijo el papa Francisco en la Misa del 16 de diciembre de 2016 en la Casa Santa Marta del Vaticano.
Juan Bautista, el testigo que señala a Jesús
La liturgia de la Iglesia hace reflexionar sobre la figura de Juan el Bautista, presentado en el Evangelio como el “testigo”.
“Esta es su vocación”, explica el Papa en la homilía, “dar testimonio de Jesús”: “señala a Jesús” como “lámpara” frente a otras luces.
“Lámpara que indica dónde está la luz, da testimonio de la luz. Él era la voz. Él mismo dice sí: “Yo soy la voz que grita en el desierto”. Él es la voz que da testimonio de la Palabra, señala la Palabra, el Verbo de Dios, la Palabra. Él solo es la voz”.
“Él era el predicador de la penitencia que bautizaba, el bautista, pero deja muy claro que: ‘Después de mí viene otro que es más fuerte que yo, más grande que yo, al que no soy digno ni de atarle las sandalias. Este os bautizará con fuego y Espíritu Santo’”.
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