El papa Francisco no tiene duda de que sus homilías o palabras pueden tener un impacto político: así lo revela en una entrevista concedida al director de la Civiltá Cattolica, Antonio Spadaro, y que ha sido presentada, recientemente en Roma, incluida en un libro que recoge 15 años de discursos, mensajes y sermones realizados cuando era arzobispo de Buenos Aires.
Un sacerdote es un hombre de Dios en medio del mundo y precisamente, el 13 de diciembre, fiesta de santa Lucia, el papa Francisco celebra 47 años de su ordenación, en la Compañía de Jesús.
En efecto, Jorge Mario Bergoglio fue ordenado apenas unos días antes de cumplir 33 años en 1969 por el arzobispo Ramón José Castellano, y sus homilías y palabras no pasan desapercibidas desde entonces.
Anécdotas de su elección refieren que durante las congregaciones generales antes del cónclave de 2013, con un discurso de apenas 3 minutos, Bergoglio convenció a la mayoría de los 151 cardenales electores para luego ser designado 266º sucesor de Pedro.
Sin embargo, el impacto político de la homilía o de sus palabras como pastor no significa protagonismo. Lo peor que puede suceder en la Iglesia, lo ha dicho varias veces “es aquello que De Lubac llama mundanidad espiritual”, que significa “ponerse a sí mismo en el centro”.
La homilía y la dimensión política
Bergoglio es consciente del poder de la palabra, especialmente en la homilía que “es siempre política porque se hace en la polis, se hace en medio del pueblo. Todo lo que nosotros hacemos tiene una dimensión política y tiene que ver con la construcción de la sociedad.
Se puede decir que también en el confesionario, cuando das la absolución, construyes el bien común […].
La gran política es aquella que para el cristiano construye el Reino de Dios. No se puede decir que los cristianos sean apolíticos. Los cristianos no deben ser apolíticos”, abundó Francisco en la entrevista con Spadaro.
La homilía puente entre el pastor y las personas
En este sentido, preguntamos a Spadaro sobre qué le impactó leyendo las casi mil páginas que recogen las palabras de Bergoglio antes de ser Papa. “He aprendido de las homilías de Bergoglio que la única manera de hablar a la gente es mirarla a los ojos, es decir, construir un puente real con las personas, no existe una comunicación que sea pura transmisión, debe ser compartir la vida”.
El Papa en sus sermones “privilegia los gestos, pero también las palabras, solamente que las palabras salen de los gestos. No es viceversa, sino que el gesto nace antes y de alguna manera la palabra emerge del gesto”, dijo a Aleteia Spadaro en ocasión de la presentación del libro Nei tuoi occhi è la mia parola (En tus ojos está mi palabra).
Casos políticos: un cristiano no construye muros
De hecho, el Papa visitó la frontera norte de México -un gesto-, y sus palabras en la homilía fueron consecuentes con su posición en defensa de los migrantes y su dignidad.
Así, con la actualidad de las elecciones en los Estados Unidos, en Roma no se olvidan de las palabras de Francisco en respuesta a Donald Trump -dichas meses antes del cierre de la campaña electoral- durante su regreso del viaje a México en febrero de 2016.
Interpelado por un periodista, el Papa sostuvo que “una persona que piensa sólo en hacer muros, sea donde sea, y no hacer puentes, no es cristiano”, en referencia a la construcción de una barrera de 3.000 kilómetros en la frontera con México.
En esa ocasión, el Pontífice se llamó a sí mismo una persona humana en cuanto parte de la polis definida por Aristóteles. Eso fue leído como una posición política del Pontífice, aunque ¿hizo mella en las elecciones? Los católicos votaron como quisieron.
Por su parte, algunos de los que apoyan a Trump mantienen la reserva de que el candidato se expresó sobre la seguridad y no sobre los “mexicanos honestos”.
La homilía es siempre política
Episodio aparte, el Papa insiste en que “el ciudadano” acepte que “está llamado a asociarse frente al bien común en diálogo con todas las fuerzas vivas de la sociedad”.
En la entrevista para el libro Nei tuoi occhi è la mia parola, por ahora solo en italiano, afirma que “debemos encontrar nuevas formas de diálogo y convivencia en nuestras sociedades pluralistas. Debemos aceptar y respetar las diferencias, dando el espacio al encuentro y la cercanía”.
La homilía es política –admite-, como un llamado a no ser pasivos en la vida y en la construcción de la justicia social.
“Pero cuántos cristianos trabajan codo a codo con los demás por el bien común: con hermanos de otras confesiones y grupos religiosos, movimientos políticos y sociales,… hacen falta nuevas relaciones, una nueva conciencia de solidaridad más allá de cualquier frontera religiosa, ideológica o política”.
“La relación entre la Iglesia y la plaza pública por lo tanto debe ser pensada y repensada, pero la predicación entra dentro de esto: no es abstracta respecto al bien común. En este sentido, la homilía es siempre política”.
Hoy celebramos a...