Aleteia logoAleteia logoAleteia
viernes 03 mayo |
La Santa Cruz
Aleteia logo
Espiritualidad
separateurCreated with Sketch.

¿Quieres saber cómo el cáncer me acercó a Dios?

web-wave-white-flag-rob-bayer-shutterstock

© Rob Bayor - Shutterstock

Laura Yeager - publicado el 03/10/16

Aceptar el diagnóstico fue el primer paso hacia la libertad

Aparentemente, he vencido al cáncer. Mi dolor ya se ha acabado. Pero esta no es la parte más interesante de la historia.

Lo más fascinante, al menos para mí, no es haber derrotado al cáncer, sino haberlo aceptado antes de machacarlo.

Superar una enfermedad de tal envergadura supone un alivio. Aceptarla y aceptar las decisiones de Dios hacen posible un acercamiento a Él. Es un premio mucho mayor que el alivio.

Enferma emocionalmente

Retrocedamos un poco en el tiempo. Durante varias semanas, luché contra el simple hecho de saber que tenía cáncer. No podía comprender que podría estar realmente enferma y que podría morir. Me parecía indignante. Las personas como yo no tenían cáncer. Yo estaba por encima de todo eso. Luchaba, era terca.

Luchar contra la realidad de mi enfermedad me hizo estar enferma emocionalmente. Estaba muerta de miedo, nerviosa y tensa. Al final conseguí deprimirme: la muerte ocupaba todos mis pensamientos.


CANCER

Te puede interesar:
La muerte explicada por una niña con cáncer terminal

Acepté el cáncer

De repente, algo cambió, algo necesario. Una noche, le dije a Dios: “De acuerdo, Señor. Si este es el camino que deseas que tome, lo tomaré. Acepto el cáncer. Acepto que permitas que tenga cáncer”.

Después de eso, me sentí como liberada de un gran peso, libre. Incluso sabiendo que mi vida podía terminar en cualquier momento, disfrutaba del amor de Dios y de sus proyectos para mí.

Aproximadamente dos semanas después de que aceptara mi suerte, me comunicaron que los resultados de todas las pruebas eran normales: me había curado.

¿Coincidencia? Solo Dios lo sabe.

“Ahora debes dar testimonio de ello”

El vigilante de seguridad de la mediateca municipal de mi ciudad hizo un seguimiento de toda mi historia con el cáncer. Toda su parroquia rezó por mí.

Cuando lo vi la semana pasada, le conté mi recuperación. Inmediatamente me felicitó y me dijo: “Ahora debes dar testimonio de ello”. Y le respondí: “Lo haré”.

Este es por tanto mi testimonio. El Señor Jesucristo me ha regalado más tiempo en la tierra con mi hijo, mi marido, mi familia y mis amigos. Me ha dado más tiempo para enseñar, escribir y difundir la Buena Nueva de su poder salvador.

Sí, me siento aliviada, ¿cómo no podría estarlo? Pero, lo que es más importante, me he acercado a Dios.

En esta vida, debemos aceptar los obstáculos que el Señor nos pone en el camino. Si luchamos contra ellos, seremos desgraciados y seguiremos estando lejos de Dios.

Gracias a Dios, esta historia tiene un final hermoso.

En mi casa, todo vuelve a la normalidad. He vuelto a cocinar, a hacer las tareas domésticas, a hacer deporte y a ir de compras (debo admitir que ir de compras es la mejor parte, lo he echado mucho de menos).

Me ocupo de mi familia, de la misma forma que ellos se ocuparon de mí cuando estaba enferma. Mi hijo es mucho más feliz: tener una mamá enferma no es divertido.

Y mi marido sonríe de nuevo.

Ahora sonreímos todos al presente.

Tags:
cancercuracióndiosenfermedadtestimonio
Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

ES_NEW.gif
Oración del día
Hoy celebramos a...




Top 10
Ver más
Newsletter
Recibe gratis Aleteia.