Este dato que indica que el 10% de los nacidos en América Latina no existen oficialmente, proporcionado por la Organización de Estados Americanos (OEA), representa todo un verdadero problema para el continente porque sin constancia de su existencia estos niños quedarán excluidos del acceso a los servicios y derechos.
La mayoría de los niños que viven esta situación son hijos de indígenas y afrodescendientes, migrantes (también sus hijos), además de hijos de madres solteras o de familias de bajo poder adquisitivo que viven en zonas principalmente rurales.
¿Quiénes van tras el drama?
La OEA, a través del Programa de Universalización de la Identidad Civil en las Américas (PUICA) tiene por objetivo registrar a todos los niños nacidos en la región para poder asegurarles el reconocimiento del derecho a la identidad civil.
Entre las metas del PUICA se encuentran la universalización, accesibilidad del registro civil y el derecho a la identidad.
Por otro lado, se busca fortalecer las políticas, las instituciones públicas y las legislaciones.
También se pretende que sensibilizar a la ciudadanía y que participe de este asunto.
Finalmente, busca identificar las mejores prácticas para lograr los objetivos y promover la cooperación internacional y regional a través del Consejo Latinoamericano del Caribe de Registro Civil, Identidad y Estadísticas Vitales (Clarciev), según la OEA en su sitio oficial.
¡Tengo derecho a una identidad!
Todas las personas tienen derecho a ser registradas y a una identidad tal cual lo establecen las normativas internacionales.
“Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica”; “Toda persona tiene derecho a una nacionalidad” (Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, artículos 6 y 15).
“El niño deberá ser registrado inmediatamente después de nacer y tiene derecho a un nombre y a una nacionalidad”. “El Estado debe respetar el derecho del niño a preservar su identidad, incluyendo su nacionalidad, nombre y relaciones familiares” (Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, artículos 7 y 8).
Ventajas de la identificación
“Con una identificación civil un niño puede recibir una educación, es reconocido ante el Estado, se beneficia de programas de salud pública, eventualmente podrá votar y participar en un sociedad democrática”, explicó al sitio web de la OEA un coordinador del PUICA, Steve Griner.
PUICA colaboró con la instalación de varias oficinas a nivel de hospitales en varios países. Como Guatemala, El Salvador, Haití, Honduras y Paraguay.
De esta manera, PUICA ha logrado bajar los índices de subregistros y el desafío es seguir llegando a las comunidades más alejadas y vulnerables.
“Cada bebé es un milagro y ese milagro está hoy ya como ciudadano y es un orgullo para mí”, afirma emocionada, en un video de difusión de PUICA en el sitio web de la OEA la madre de un recién nacido luego de la inscripción.
El trabajo silencioso
Desde hace décadas el tema de la identificación civil no es ajeno a la Iglesia católica. Históricamente, en América Latina, gracias a la influencia del viejo continente, las partidas parroquiales fueron el antecedente inmediato del registro del estado civil de las personas.
Antes de que se hiciera cargo el Estado, eran las parroquias las encargadas de poner en sus libros el nacimiento, el matrimonio y la muerte de la persona.
Por ejemplo, con el bautismo y la anotación de los registros en libros parroquiales, de alguna manera se permitió que miles de nacidos en el continente americano también pudieran ser identificados.
Por tanto, gracias a este trabajo muchas veces silencioso la Iglesia siempre colaboró para que las personas pudieran acceder a un derecho fundamental: existir de cara a la sociedad civil.