Carmen Martínez Ayuso tiene 85 años y hace unos días vivió el peor momento de su vida. Su único hijo había solicitado un préstamo a un particular y al no poder pagarlo, ella, que había firmado como avalista, veía como era desahuciada. Sin techo, sin lugar donde ir, su imagen dio la vuelta al mundo. La imagen más dura de la realidad en España, la imagen del desahucio, del abandono, de la soledad más absoluta.
Carmen vive en Madrid, en Vallecas, un barrio pobre que en estos últimos años está siendo asolado por los desahucios, un barrio humilde donde la solidaridad crece al mismo tiempo que las tragedias. Allí los vecinos luchan por no ver perdidos sus hogares, por desahucios bancarios o de prestamistas sin escrúpulos. Allí también existe un equipo de fútbol, el Rayo Vallecano que se codea con las élites sin casi presupuesto y cuyos jugadores hace años no podían ni cobrar, han sufrido un concurso de acreedores y saben muy bien lo que es la lucha de David contra Goliat.
El Rayo Vallecano no podía dejar “tirada” a Carmen y ha reaccionado. Su entrenador Paco Jémez pronto se puso en contacto con la familia y se comprometió a asumir el contrato de la nueva casa que busque Carmen. La plantilla se unió al entrenador y será finalmente el club quien asumirá los gastos de la casa de Carmen.
No es posible que una sociedad de humanos pueda permitir que una mujer de 85 años termine en la calle y algo falla en la sociedad cuando se permite un desahucio que atenta contra la vida y la dignidad de una persona. Por suerte, el Rayo Vallecano, un club de futbol ha salido corriendo en la ayuda de Carmen.
Nadie sabe en qué lugar quedará el Rayo Vallecano este año en la liga española. Después de esta ayuda a Carmen, quizá tenga que seguir conformándose con un humilde protagonismo en la liga de las estrellas, pero ya todo el mundo sabe que este club es un club de barrio que cuida a sus ciudadanos. Si el futbol en vez de en goles se midiera en valores…el Rayo Vallecano este año ganaba por goleada.