El Papa Francisco ha sido criticado por algunos católicos por no ser lo suficientemente provida, porque ha declarado que no tenemos que ser “católicos monotemáticos” hablando sólo del crimen del aborto todo el tiempo.
Hacer esta crítica es malentender la posición del Papa Francisco. No sólo ha hablado en términos fuertes sobre el aborto, diciendo el pasado abril que la vida humana es inviolable y el aborto es un “crimen indecible”. Dijo a los activistas italianos provida: “Debe, por lo tanto, ser reiterada la fuerte oposición a cualquier ataque directo a la vida, especialmente a la vida inocente e indefensa; y el niño por nacer en el vientre es el ejemplo mas concreto de inocencia”.
Al decir que los católicos no necesitan hablar sobre el aborto, el Papa Francisco nos está recordando que es un error ver la batalla provida sólo a través de la mira antiaborto. Como parte del amplio énfasis provida y en el umbral del Sínodo de la Familia, el Papa Francisco se asoció al Papa emérito Benedicto XVI el pasado fin de semana para afirmar la vida humana en el otro extremo de la vida.
Los dos Papas celebraron la vida con cientos de miles de ancianos católicos. A los 77 y 87 años, respectivamente, los Papas Francisco y Benedicto se colocan como representativos monumentos de cómo Dios puede usar a la gente en las últimas etapas de sus vidas.
Los ancianos tienen mucha sabiduría y experiencia que ofrecer. Tienen mucho que dar, pero como los jóvenes son vulnerables. Así como nuestra sociedad ha elegido abortar a los no nacidos porque son considerados una carga cara, la cultura de la muerte está avanzando sin piedad en un ataque a los mayores.
Las órdenes de “no resucitar” están tranquilamente volviéndose más extensas por lo que “DNR” ahora incluye un trato reservado o retrasado, hidratación y nutrición. La eutanasia voluntaria y el suicidio asistido se están volviendo legales en más y más países y estados, mientras que el abuso de los mayores en los asilos y centros de asistencia está elevándose a un nivel alarmante.
¿Debe sorprender que tal abuso y exterminación de los ancianos vulnerables se den una sociedad que obstinadamente extermina al no nacido no deseado?
En una reflexión sólida de las Escrituras, el Papa Francisco invitó a una relación dinámica entre las generaciones más mayores y las más jóvenes. Usando la visita de la bienaventurada Virgen María a Isabel como modelo, apeló a los católicos a meditar sobre la interacción amorosa de respeto y amor entre la anciana santa Isabel y la adolescente Virgen María.
“María nos muestra el camino”, afirmó el Papa, “Se dispuso para visitar a su anciana pariente, para estar con ella, para ayudarla, por supuesto, pero también y sobretodo para aprender de ella – una persona anciana – una sabiduría de vida”.
El mejor modo de comunicación del Papa Francisco es el poderoso gesto, la acción simbólica, y la imagen memorable.
Por lo que la imagen de la mujer mayor saludando a la joven mujer, ambas embarazadas, expresa todo el rango de la gozosa afirmación de la Iglesia católica de la vida humana desde el vientre hasta la tumba.
La defensa de la vida humana no es simplemente una triste batalla para ilegalizar el aborto, la eutanasia, el suicidio asistido. Los católicos insisten en que su postura es genuinamente provida. Por lo tanto, además de las campañas para ilegalizar el asesinato de los vulnerables, también abrazamos la plenitud de la vida en las relaciones amorosas dentro de la familia.
El mensaje del Papa Francisco y su referencia a la visitación de la bienaventurada Virgen María a Isabel revela el mensaje positivo provida.
Como María e Isabel se abrazan, nosotros abrazamos a los miembros de nuestra familia con amor, gratitud, y respeto.
Los jóvenes abrazan a los ancianos con respeto y honor. Los mayores abrazan a los jóvenes con la ternura y la alegría. Ambos ven al no nacido con reverencia, asombro, y sobrecogimiento. Es desde este corazón de gozo que el mal del aborto, la eutanasia, y el asesinato son derrotados.
El tema provida del Papa hizo eco en su homilía el lunes por la mañana con ocasión de la fiesta de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. La lectura del Libro de la Revelación nos recuerda que la batalla en el cielo está centrada en el intento de Satanás por destruir a la mujer y al niño.
“Satanás odia al hombre”, dijo sencillamente el Papa. Satanás, por lo tanto, odia la causa provida y ama la cultura de la muerte. El Papa Francisco continuó sobre Satanás: “Por lo que muchos, muchos proyectos a favor de la deshumanización del hombre son obra suya, simplemente porque odia al hombre”. Satanás “es sutil – la primera página del Génesis lo dice. Es sutil, presenta las cosas como si fueran buenas. Pero su intención es destruir”.
Las enseñanzas del Papa consolidan y preservan un tema profundo y constante provida: la vida humana es buena y bella, pero Satanás es un enemigo real y poderoso. Sólo a través del poder de Cristo, nuestro Señor, la ira homicida de Satanás puede ser vencida, y esa es la constante llamada a los cristianos a comprometerse en esa batalla gozosa contra los poderes de la muerte, para abrazar y regocijarse en el don de la vida.
Por Dwight Longenecker, el párroco de Nuestra Señora del Rosario en Greenville, Carolina del Sur. Su más reciente libro es The Romance of Religion: Fighting for Goodness, Truth and Beauty.
Más información en su página web, dwightlongenecker.com.
Hoy celebramos a...