Denunciar las discriminaciones raciales y étnicas presentes en el mundo y hacer hincapié en que pueden ser eliminadas a través de los proyectos de desarrollo que promueven la dignidad integral y la convivencia pacífica entre las personas sin ningún tipo de distinción: estos son los objetivos que se propone durante el 2014 la ONG católica española Manos Unidas, a través de la campaña “Un mundo nuevo, proyecto común”.
Entre estos, en la República Democrática del Congo, en Biseba, provincia de Kasai, se ha completado recientemente el proyecto “Apoyo a la producción agrícola y alimentaria”, gracias al cual se han formado en el sector 280 familias pobres, y se ha alentado la convivencia armónica de los miembros de los dos grupos étnicos de la zona, los Mwene tshilengi y los binene, que viven en aldeas adyacentes, pero son considerados entre sí “enemigos”.
En la India, en el pueblo de Saparamgutu en Singhbhum Ovest, distrito de Jharkhand, se está construyendo una escuela para 39 municipios vecinos y un total de 400 niños de las tribus de entre 5 y 13 años de edad y sus respectivas familias, la tribu Ho, que registra una tasa de alfabetización muy baja, que viven aislados y sin ayuda de ningún tipo.
En Vietnam hay 14 minorías que representan el 14% de la población y tienen un acceso muy limitado a la tierra, a la economía y a los servicios públicos relacionados con la educación y la salud.
En la República Dominicana, el 43% de sus 10 millones de habitantes vive por debajo del umbral de pobreza y la desigualdad es un obstáculo importante para el desarrollo. Entre los grupos más desfavorecidos están los inmigrantes haitianos y sus descendientes, el 90% de los cuales viven en la extrema pobreza, sin agua, saneamientos o electricidad, en barrios populares de las grandes ciudades y en los “bateyes”, zonas marginales ubicadas en áreas tradicionalmente destinadas a la caña de azúcar en el país. No poseen un estado jurídico, no tienen ninguna documentación de ciudadanía o residencia, el 50% son analfabetos.
Hoy celebramos a...