El escándalo de la pedofilia en la Iglesia proyecta su sombra también sobre el Conclave que deberá decidir el sucesor del papa Ratzinger.
Por un Papa que se retira a un monasterio, hay un cardenal criticado que entra en la Capilla Sixtina. Roger Mahony, acusado de haber encubierto a sacerdotes pedófilos en su diócesis, está entre los 117 cardenales que elegirán al sucesor de Benedicto XVI. Contra él se ha desatado la campaña de un grupo católico de izquierdas (Catholics United), relanzada por la prensa americana. Esto ha tenido eco inmediato dentro y fuera de Estados Unidos, con muchas voces contra el ex arzobispo de Los Angeles. Para el Washington Post, Mahony “tiene suerte de no estar en prisión”. “Su continua preeminencia refleja la cultura de la impunidad en la Iglesia católica, una década después de que sdu tolerancia y complicidad en el abuso de niños fuese revelada” (La Stampa, 19 febrero).
“A finales de enero, la diócesis publicó 12.000 páginas de documentos hasta aquel momento secretos, sobre cómo el cardenal gestionó los casos de 122 sacerdotes acusados de abusos. “Leer estos documentos”, había declarado monseñor Gomez, querido por Benedicto XVI para guiar la diócesis precisamente para aclarar el problema, “ha sido una experiencia brutal y dolorosa”» (Famiglia Cristiana, 18 febrero).
No faltan voces en sentido contrario. “Según el Los Angeles Times, el purpurado intentó obtener, muchas veces intentó obtener sin éxito del Vaticano la expulsión de sacerdotes acusados de abusos. Los documentos de la archidiócesis revelan de hecho que el cardenal se encontró frente a un muro: la burocracia romana proclive a los retrasos y poco inclinada a afrontar un problema potencialmente explosivo. Mahony admitió en su blog el sufrimiento que le han provocado las críticas de los últimos días: “Para ser totalmente honrado, no puedo decir que he llegado al punto en el que puedo rezar por ulteriores humillaciones. Estoy en el punto de pedir la gracia de soportar las humillaciones recibidas hasta ahora” (Vatican Insider, 18 febrero).
La situación no tiene fácil solución. “Sólo el Papa o el propio Mahony, renunciando a venir a Roma para participar en el Conclave, pueden resolverla. Esta segunda posibilidad, es decir, que el cardenal de un paso atrás, es la que se espera para terminar con la cuestión. Sin embargo, el asunto podría complicarse, pues otros cardenales han admitido culpas en el encubrimiento de abusos sexuales, como el primado de Irlanda Sean Brady y el ex arzobispo de Bruselas Godfried Daneels, ambos electores (Eco di Bergamo, 18 febrero)”.
Recientemente, el actual arzobispo de Los Angeles, monseñor Gómez había ordenado a su predecesor que no participase en actividad pública alguna (ver artículo en Infocatólica)
Hoy celebramos a...