Un problema de Derechos Humanos
Esto es claramente un problema de derechos humanos. Tanto los gobiernos como la propia sociedad lo consideran una enfermedad moral, se considera como tema tabú, hay ignorancia, promiscuidad, miedos y temores de todo tipo, limita el acceso al trabajo a la educación y el trabajo y todos estos factores conllevan a un aumento en las nuevas infecciones de VIH y enfermedades de transmisión sexual (I.T.S).
Ante esta realidad – y aparte del ruego de los médicos católicos para incluir una oración especial en las misas del día 1 de diciembre, dedicado a la Lucha Mundial contra El Sida- las recomendaciones son precisas:
-Rescatar los valores y principios
-Redimir la familia como célula de la sociedad
-Mejorar la comunicación entre padres e hijos y que los padres den ejemplo de coherencia entre lo que piensan, dicen y hacen
-Estar atentos frente a los aspectos negativos de las redes sociales, medios de comunicación, e internet que sus hijos frecuentan
-El estado intervenga de manera positiva otorgando infraestructuras adecuadas y equipos, como también insumos y medicamentos A.R.V y fármacos para las enfermedades oportunistas
-Estimular la prevención, promoción y fomento de la salud a través de la T.V, radio, prensa y redes sociales
-Educar a la población especialmente a los jóvenes y a los grupos de riesgo
-Estimular la abstención en los jóvenes
-Orientar sobre el uso de prevenciones para ambos sexos
-Acudir al médico y realizarse la Elisa para VIH.
Las tres primeras aluden a la formación y la familia, a la comunicación entre padres e hijos, tan deteriorada en este mundo, paradojicamente obsesionado por la comunicación. Aspectos en los que la Iglesia ha insistido de manera machacona y lo seguirá haciendo para todo el que tenga oídos para escuchar y ojos para ver que las sociedades se van hundiendo por la desatención a las señales de alerta.
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