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DÍA 6: AYUNA DE TRISTEZAS Y LLÉNATE DE ALEGRÍA.
«Hermanos, alégrense profundamente cuando se vean sometidos a cualquier clase de pruebas, sabiendo que la fe, al ser probada, produce la paciencia.» (Santiago 1, 2-3) La alegría es un fruto espiritual, lo que significa que es un resultado directo de cómo elegimos vivir nuestra vida. Si comenzamos haciendo un esfuerzo consciente para elegir estar alegres, es decir, como un acto de la voluntad, entonces comenzaremos a notar que el gozo se convierte en una consecuencia de nuestro caminar cristiano diario. Hoy puedes decidir alimentar una actitud alegre. Busca señales sutiles de bondad y belleza en tu casa o en tu trabajo. Aún sin muchas ganas sonríe detrás de tu mascarilla y encuentra un motivo por el cual podrías celebrar. Aun en medio de los dolores, somos capaces de sentir una alegría que sobrepasa todo entendimiento y nos llena el alma.
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