Busca la fuente de los malos olores.
Localiza cuál es la causa del problema y así podrás erradicarlo. La humedad puede provenir del ambiente exterior, como por ejemplo, si nos encontramos en un lugar de playa o en un área de clima húmedo.
Pero también puede suceder que la humedad se deba a una filtración, a un desagüe que no funciona correctamente, a un inodoro... Revisa paredes, tuberías, bajantes, techos y terrazas. Comprueba que las paredes están secas: si notas una pared especialmente fresca, puede que ahí esté escondida una fuente de humedad.
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