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Aprender sobre los gustos del otro
Si sabemos lo que amamos y nos gusta, podremos ser más asertivos en el modo de poner en práctica la afectividad. Esto puede parecer algo obvio, pero muchas veces descuidamos preguntar sobre las preferencias de los demás y cómo se sienten amados. Aprender cómo nos sentimos amados crea una intimidad más profunda. Cómo podemos ayudarnos cuando estamos sufriendo o qué le hace feliz al otro, cómo nos conectamos mejor con los demás, cuál es nuestra comida o lugar favorito, cómo podemos sentirnos cómodos cuando estamos molestos, qué es lo que más valoramos en la amistad.
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