1 / 14
PRIMERA ESTACIÓN: Señor Jesús, Hijo predilecto, que viniste a visitarnos caminando entre nosotros y haciendo el bien, devolviendo a la vida a los que habitaban en sombras de muerte, tú conoces nuestros corazones retorcidos. Nosotros decimos que amamos el bien y queremos la vida. Pero somos pecadores y cómplices de la muerte. Nos proclamamos discípulos tuyos, pero emprendemos caminos que se pierden lejos de tus designios, lejos de tu justicia y de tu misericordia. No nos abandones a nuestra violencia. Que tu paciencia con nosotros no se agote. Líbranos del mal.
+