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Inteligencia emocional.
Se puede revisar nuestro nivel de inteligencia emocional a través de cuatro preguntas: ¿Puedes detectar emociones negativas en los demás? ¿Aprovechas las emociones positivas? ¿Escuchas a las personas? ¿Te das cuenta del impacto de tu propia emoción? Es la forma en que se focaliza la vida cristiana. Cuando se pone el foco en uno mismo, se es incapaz de desarrollar la inteligencia emocional; si el foco se pone en los demás, en amar al prójimo, se estará más cerca de ser sensible a la comunicación no verbal del colega, a escucharlo y entenderlo. La inteligencia emocional es vital para lidiar con éxito en estos escenarios pandémicos. La paciencia o la caridad, son virtudes valoradas en el entorno laboral. No solo protege a medida que se acercan momentos difíciles o potencialmente estresantes. También nos colocan en una buena posición para convertirnos en un empleado de alto rendimiento en nuestro actual trabajo y en los futuros.
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